jueves, 1 de septiembre de 2022

UNA COMIDA DE ALTURA

De vez en cuando, la cuadrilla nos juntamos a comer en una sociedad gastronómica, donde el chef indiscutible es Angel. Siempre cocina él, con un ayudante que es Joseba. Pero esta vez, se ha superado el listón culinario hasta límites tales, que me he animado a escribir en este blog sobre los asuntos de los fogones y no es para menos. Posiblemente será la primera vez que escribo sobre cocina y como bien sabéis, todo es empezar. No es por presumir, pero Kokodrilo hace unas tortillas de patatas insuperables.

Entramos en harina, nunca mejor dicho y vayamos con el menú de auténtica haut cuisine, o como se diga. Comenzamos con unas almejas con mayonesa de trufa, sobre un fondo de sal marina gruesa.



A continuación un salmón marinado, sobre pan tostado y mantequilla, con una salsa que se le echa por encima.


Seguimos con algo que no había comido nunca: codorniz junto con foie, haciendo un todo homogéneo y sorprendentemente, frío.

                                       


Una crema de guisantes y en el fondo un huevo de pollita, que ya me he enterado que son los primeros huevos que ponen las gallinas ponedoras.


Unas kokotxas de bacalao sobre una salsa que no me atrevo a decir de qué era. Lo sabrá el chef.


Merluza de anzuelo rebozada, con pimientos del padrón, que picaban un montón.



Y para terminar un melocotón sobre una cama de hielo y emborrachado con un par de licores. 


Las bebidas, pues ya se sabe, de todo y mucho: vino blanco, sidra, cerveza, etc. Y termino colocando las mandarras del chef y su ayudante.

                                       



Moraleja: la comida una delicia, pero no tanto para el que la ha preparado, que prácticamente no ha salido de la cocina. El decía que ha picado durante la mañana, pero todos hemos visto que no ha comido casi nada.