viernes, 17 de noviembre de 2017

A vueltas con el dibujo y la pintura

Desde que el pasado día 11 de septiembre comencé a pintar de una forma continua, he descubierto algo que para mí es de suma importancia. Probablemente lo que voy a explicar será cosa sabida por mucha gente, pero insisto que para mí ha sido todo un descubrimiento. Se basa en la forma diferente de acometer la pintura en el pasado, con respecto a la forma en la que lo hago en la actualidad. De alguna manera, cuando me enfrentaba a un nuevo cuadro, en mi mente estaba el terminarlo y empleaba más o menos tiempo en su confección. Si era un encargo, el cliente normalmente apremiaba, lo cual me hacía ir más rápido o le dedicaba más tiempo. Pero si el cuadro en cuestión presentaba algún problema, lo normal es que lo dejase para pintar otro. Así, si un cuadro se resiste, puede pasarse en el estudio meses, incluso años. 

Al inicio de un cuadro, anidaba en mi cabeza la idea de terminarlo. El objetivo era ver el cuadro acabado y para ello empleaba más o menos tiempo. Pero en la nueva etapa, en la que pinto todos los días, descubro que ya no me importa terminar la obra, sino pintar todos los días, sin preocuparme  del tiempo que me pueda costar. Que el cuadro se acabe, ya no tiene importancia por tres razones: no pinto por encargo, nadie espera mis obras y por último apenas tienen relevancia. Pero al pintar todos los días sin dejar ni uno, resulta que llega un momento que el cuadro se acaba sólo. Sí, aunque parezca increíble, el cuadro se termina. Eso conlleva que al no tener una meta, una fecha para su acabado, el resultado es increíble. 

Lejos, muy lejos están los tiempos en los que hacía una acuarela en dos horas e incluso en menos tiempo. Etapas en los que la pintura era como una obligación a plazo fijo, con la esperanza y prisa por terminarla a fin de dedicarme a otros menesteres. Pintaba con la prisa de ver la obra acabada, porque en el fondo odiaba hacerlo. Ahora el pintar es parte de las obligaciones diarias de la vida, da igual que le dedique un cuarto, media o una hora. No importa. El caso es no parar. El caso es tener en la recámara temas para hacer. Afortunadamente tengo nueve en espera, lo que me ocupará hasta la mitad del año próximo. Conforme se vayan terminando surgirán otras y otras....

Ahora entiendo las razones por las que Antonio López, tardó más de diez años en hacer el cuadro de la familia real: simplemente no trabajaba todos los días en ese cuadro. Si lo hubiera hecho, el cuadro se habría hecho a sí mismo en menos de un año o como mucho dos. 


Para terminar debo decir que el boceto que veis, lo inicié hace aproximadamente unos quince años y jamás acabaré el cuadro (era un encargo).

lunes, 6 de noviembre de 2017

Office at night

No iba a publicar el vídeo de este cuadro, porque las fotos las hice con el móvil. Pero he logrado editarlas y al final el resultado no es tan malo. Algún día, seguro, me aburriré de hacer vídeos.


sábado, 4 de noviembre de 2017

Trolls

Resulta que el cuadro de hoy tiene su explicación y esta explicación es la que os vamos a dar. Mi nieta Irati, quería un cuadro de esta pareja tan simpática y debo de reconocer que me ha costado lo suyo y lo mío. Pero creo, que el resultado ha sido aceptable, que es de lo que se trata. Ahí os va la animación del cuadro.


martes, 31 de octubre de 2017

Nueva etapa

La entrada suena a orquesta, pues así se llamaba una de las muchas que actuaban por Iruña. Pero hablo de una nueva etapa del que esto escribe, que no es otra que la relacionada con la pintura. Se puede decir que desde más o menos los doce años, dibujaba y pintaba. Como alguna vez he explicado en este blog, salvo un curso efímero en la escuela de bellas artes de Salamanca, jamás me he sometido a disciplina alguna. No se si contar los dos años (1994/1996) que estuve con el restaurador y miniaturista José María Rodríguez Azcárate. A modo de pequeña historia, que estoy seguro no interesa a nadie, diré que he expuesto varias veces en unas salas que de vez en cuando nos cedía la empresa donde trabajaba (un banco). El 2009, junto con un compañero de trabajo ya fallecido, expusimos en Zizur, él fotografía y yo pintura. El día de la inauguración, la sala estaba repleta, entre otras cosas por la abundante merienda que llevamos. Después, prácticamente no iba nadie. Además, visto con un poco de perspectiva, comprendí el atrevimiento que tuve al exponer mis obras. Nunca más me dije y por supuesto que lo cumpliré. No quiero saber nada de exponer.

Pero claro, jamás en mi vida había hecho lo que a continuación os cuento: a partir del pasado día 11 de septiembre (por cierto, la diada), pinto todos los días, excepto los domingos y festivos, con una pequeña particularidad: el día que no pinto, no ceno. Y ahí radica la clave de toda la historia. El temor a quedarme sin cenar, me ha hecho pintar todos los días como un poseso. Y ésto, tengo intención de hacerlo siempre, aunque "siempre" sea una palabra de interpretación difusa.

Dicen, que en la reuniones de alcohólicos anónimos, la gente se presenta y dice: soy fulanito y hoy no he bebido. En mi caso digo: soy kokodrilo y hoy he pintado.


viernes, 20 de octubre de 2017

Edward Hopper

Sí, reconozco que soy fan de Hopper, desde que allá a principios de 1990, descubrí un libro con sus pinturas. Fue, lo recuerdo perfectamente, en un Vips de la calle López de Hoyos en Madrid. Desde entonces he copiado varios de sus cuadros y poco más puedo decir de él. Acabo de reproducir un cuadro suyo, "office at night", cuyo original aparece abajo.


Este hombre, aunque parezca mentira, creaba sus cuadros a partir de su imaginación o como mucho con apuntes que, tomaba del natural.


Aquí la traducción de sus notas: De noche en la oficina. <<Confidencialmente tuyo>>. <<Habitación 1005>>. Paredes blancas, luz eléctrica que sale del techo, de la lámpara del escritorio (pantalla verde) y del exterior de la ventana. Suelo verde (verde oscuro), mobiliario de caoba, carpeta azul sobre el escritorio, armario archivador de metal verde. Tabiques de madera marrón con paneles de cristal verde esmerilado. Persiana verde pálido. Borde de mampostería color arena en el exterior de la ventana. Hombre con traje gris, pelo rubio. <<Shirley>> con vestido azul, cuello blanco, medias color carne, zapatos altos negros, pelo negro y mucho pintalabios. Las figuras resaltan en el espacio, no sujetas al fondo. Lienzo belga, suave, doble imprimación. Oleos Winsor & Newton y Block x. Aceite de amapola. Blanco de plata Block x.

De Edward Hopper se ha escrito muchísimo. Su pintura yo la considero normal, dentro de unos cánones clásicos de academia. Pero sin embargo, su reconocimiento y fama es mundial.  A continuación recojo un fragmento publicado recientemente: 

"Se habla de los padecimientos diarios de artistas solitarios o de raro encaje social, como Edward Hopper, Andy Warhol, Basquiat y el fotógrafo Wojnarowicz, entre otros. Al observar sus obras en relación a la incapacidad para relacionarse comprendemos mejor lo que nos quisieron contar. El caso de Hopper es paradigmático porque Laing esboza la teoría de que el pintor no pretendía convertirse en el artista de la soledad, como así ha quedado señalado en la historia de la pintura, sino que sus imágenes eran la expresión exacta de un carácter huidizo, huraño, poco comunicativo, uno de tantos hombres burbuja que pasean  por la ciudad sin rozarse con los otros, de la misma forma que no interactúan los personajes de sus cuadros.

Bueno, pues eso. 


miércoles, 18 de octubre de 2017

Dodge

El coche que veis es un Dodge, probablemente un Royal Lancer de 1957. No tengo seguridad de su emplazamiento aunque bien pudiera ser Cuba.


A partir de ahora, todas las acuarelas que vaya fabricando, irán acompañadas de un vídeo donde se aprecia la evolución día a día. Espero que os guste.

domingo, 6 de agosto de 2017

Pobre topito

Sucedió hace siete años en la huerta propiedad de mi amigo Manu. El asunto es que apareció un topo muerto y según dijo, se lo había "cepillado" un gato. La exclamación de mi amigo con la frase simple de "pobre topito", se me quedó grabada en mi cerebro y el paso de los años no ha logrado borrar su huella.
                                       
                                         

Como final feliz de esta historia, el otro día pasando por la librería Elkar de Iruña, me encontré con este sugerente título que tiene que ver con el topito. Hay que tener en cuenta, que a mi amigo ya no le llamo Manu, sino Topito y de momento no parece enfadarse. Al fín y al cabo él me llama a mí como le da la gana. Cuando abrí el libro descubrí que es para niños de tres o cuatro años, por lo que le irá muy bien.



Para terminar el rollo de hoy, os diré que ha caído en mis manos la imagen que os presento a continuación:


Bueno, pues la cosa tiene su miga si os fijáis en el mapa. Aparecen las cuatro provincias vascas perfectamente delimitadas, como parte de la cuarta región de la asociación de radioaficionados de la época, precisamente de 1928. El asunto es que el golpe de 1936 partió la configuración y según pienso yo, más agresiva fue la eliminación de Navarra del mapa vasco, en 1981 al poco del tejerazo. Esto va dedicado a los que en aquellos años hablaban de "entelequia", en referencia al asunto de las cuatro provincias del sur unidas y hoy siguen hablando de "quimera". De todas formas a mí me da igual lo que fuéramos en el pasado, que hasta el más malicioso sabe que esto era un estado independiente. Hay que pensar en el futuro, en lo que queremos ser, y para eso hay que dejar a la gente que decida, que elija. Y ésto, a muchos les produce urticaria, cuando debería ser la cosa más simple, consultar a la gente cómo se quiere organizar, cómo quiere vivir.