miércoles, 14 de febrero de 2018

Memoria histórica

El año pasado, en Iruña, se comenzó a colocar placas delante de los domicilios de los asesinados en el golpe de estado de 1936.  Cuando paseo por alde zaharra, vengo observando el empeño de "alguien" en retirar esas placas, algunas veces con éxito, como ocurrió con la colocada en la calle San Antón, justo al lado de la Droguería López.

Me llamó la atención el contenido de esa placa: Manuel Quirós Cívicos de 21 años y fontanero, con domicilio en la calle San Antón y de la UGT. Precisamente ser de la UGT le llevó a la muerte. Esa placa, que llevaba tiempo siendo manipulada, fue arrancada en los sanfermines del pasado año.

Está claro, que hoy a mucha gente les molesta esas placas. Y mucho. Aquí los que ganaron la guerra, se empeñan en seguir manifestando que, efectivamente la ganaron y que esto ni es Alemania ni hubo un Nuremberg... Y así nos va.

Ese joven y otros miles, murieron asesinados por sus ideas, por su militancia. O igual, simplemente por ser pobres. 

Al poco de colocarse las placas, unas señoras mayores acompañadas de una monja, me preguntaron si sabía qué era aquello. Cuando les empecé a explicar, una de ellas interrumpió mi discurso para decir que, también en el bando republicano se hicieron barbaridades.

Si os fijáis en la placa, observaréis que está ligeramente girada, presagio de que "alguien", de nuevo, intentará arrancarla.




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