lunes, 29 de junio de 2020

Miniaturas (5)

Otra entrega más, en la que podréis disfrutar de otra miniatura de José María Rodríguez Azcárate. En las tardes de los martes y los jueves, me contaba muchas historias, algunas de ellas referentes al mundo de la pintura. Y recuerdo una que me contó, cómo a finales de los años cincuenta y principios de los sesenta, estudiando no me acuerdo dónde, su profesor le criticaba su pintura realista, añadiendo que las tendencias del momento ya no iban por ahí. Las vanguardias son las vanguardias, ayer, hoy y mañana. Entonces, José María hizo un gran mural abstracto, que por las explicaciones que me dio lo estoy viendo. Su profesor lo vio y quedó literalmente admirado por el resultado, extendiéndose en todo tipo de elogios y parabienes. José María, que tenía una retranca que lo hacía muy mal enemigo le respondió: yo ya he hecho esta pintura abstracta. Ahora, si no le importa, haga usted lo que yo hago. Y literalmente lo dejó frito.

Porque es de sobra conocido, que una persona con aptitudes innatas para el dibujo y la pintura, con los años y un buen aprendizaje, llega a reflejar la realidad con una perfección sublime. Y que el resultado, normalmente, no sirve para nada, a efectos de decir que ha contribuido al desarrollo artístico. Me vienen a la cabeza muchos pintores maravillosos, que no pueden vivir de la pintura. Porque además de conocer el oficio y aún sin conocerlo suficientemente, hay que tener padrinos. Y ahí está la clave. Alguien que te apoye lo suficiente, para que gente a la que le sobra el dinero, decida invertir en tu obra. Ya para terminar, os recomiendo la película "la sombra del pasado", donde uno de los ejes sobre los que gira la cinta es precisamente el mundo del arte. Fue posiblemente lo que más me gustó de la película, ya que el resto de asuntos relacionados con la Alemania nazi, están ya muy tocados.

Monje escribano

domingo, 21 de junio de 2020

Miniaturas (4)

Volvemos al autor de la miniatura que os presento hoy, José María Rodríguez Azcárate. Precisamente el viernes pasado tomé un café con mi amigo Angel, que mantuvo una relación bastante más larga y estrecha que la que mantuve yo. Y me comentaba con pena, lo que se ha perdido con todos los conocimientos que tenía en el mundo del arte y de la restauración. Este fin de semana he pensado un poco sobre el asunto y si bien es verdad que hoy, a más de veintitrés años de su muerte, este hombre podría ser muy conocido a nivel mundial gracias a internet, resulta que no es así y pienso que a nadie le importa. La fama y el reconocimiento después de la muerte, al interesado, no le sirve absolutamente de nada. Sólo los herederos pueden sacar algún provecho. Me viene a la cabeza dos nombres, Van Goh y Kafka que vivieron de asco y después les vino el reconocimiento. En este caso, y lo se con seguridad, José María, vivió de cine, con todo tipo de comodidades: era muy rico. En cuanto a sus conocimientos, estoy convencido que todo lo que él pudiera aportar, ya está publicado, bien a nivel de libros especializados, bien a través de la web. Así que no importa el no reconocimiento para nada, ya que él vivió haciendo lo que le gustaba.

Aquí tenéis otra miniatura, en este caso un bodegón. Recuerdo como si fuera ahora, el ritual de la inauguración: una buena cena a la que invitaba a sus más íntimos, un caballete con la miniatura cubierta con un trapo negro y voilá, el momento de la presentación, entre aplausos y elogios, sobre todo pensando en la suculenta cena venidera.


Bodegón

jueves, 11 de junio de 2020

Alpino

Cuando era crío, las pinturas Alpino eran parte del horizonte artístico. Hoy, muchos años después, llego a la conclusión de que o no se usarlas o mejor seguir con la acuarela. El resultado no puede ser más decepcionante, por lo que probablemente no las emplee más. El asunto es que apareció por algún cajón ese estuche, que seguro tiene más de veinte años. No hay más que fijarse en el precio, que viene en pesetas. Me empeñé en realizar el cuadro de marras con esos lápices, pero literalmente no hay color. Esos lápices seguirán siendo para niños, siempre que no superen los siete u ocho años.


Con los Alpino que veis en la imagen, he realizado el cuadro que os presento a continuación. Me ha venido muy bien, para convencerme que los siguientes cuadros tendrán que ser con la técnica de la acuarela, aunque a estas alturas a casi nadie le importa lo que pueda o deje de hacer. Mañana comenzaré puntualmente con el siguiente cuadro, si quiero seguir cenando.



domingo, 7 de junio de 2020

Tecnología

Mi actividad diaria, oscila entre la pintura y la tecnología. Y hace como un par de años, decidí hacer modos digitales con mi vieja emisora de onda corta Yaesu 767 GX. Antes que nada, había que conseguir el cable de conexión entre emisora y el interface para modos digitales, cuyo esquema podéis ver: 



En la parte izquierda el conector de 25 pins, para su conexión al interface. Y en la parte derecha las diferentes entradas y salidas, que coinciden con el Yaesu 767 GX.


Parte trasera del transceptor: en el número 8 se ve la entrada del manipulador de telegrafía (CW) mediante jack estéreo de 6 mm. En el número 9 el conector de la derecha es un DIN 270º para el control de la emisora por ordenador (CAT). Por último en el número 12, de izquierda a derecha, con conectores RCA, tenemos la salida de sonido (AF out), facsímil (FSK) y entrada (Patch in).


Tras bastantes soldaduras, ahí podéis ver el cable una vez terminado. Es verdad que un cable parecido tiene un precio de unos 50 euros, pero en este caso, dada la antigüedad del equipo, decidí fabricarlo.


Vista de la parte trasera de la emisora con todas sus conexiones. Sólo falta el interface, el programa y que funcione. No puedo saber cual será el resultado final, pero en todo caso, de momento me lo estoy pasando bien con el montaje.