En realidad, mi buen amigo Javier, gran pianista aficionado él, me ha venido a salvar la entrada de hoy. Según repaso, desde el pasado 1 de diciembre no había asomado el hocico por este blog, que tan amablemente me cede exactamente no se quién.
Ya os imagino ahora en pleno ajetreo de la preparación de la cena de la denominada nochebuena. Pero es que, si analizamos el asunto en profundidad, en realidad estas fiestas son antiguas de verdad, toda vez que la humanidad entre los que me incluyo, es pelín juerguista y le gusta la fiesta, el cachondeo, el pitorreo, siempre acompañado de finos y variados brebajes. En serio, ¿alguien concibe alguna auténtica juerga sin un pelín de chispa? Sinceramente, los derivados de la fermentación de los uváceos, son absolutamente imprescindibles.
La pandemia sigue y sigue. Hace como un par de años, un familiar mío que se dedica a los asuntos de Averroes, dijo con tranquilidad: este virus, lo tenemos que pasar todos. Y eso cuando el cogerte el virus te llevaba directamente a la UCI (antes la UCI era la UVI y la UCI tenía que ver con el ciclismo). Bueno después de esta digresión, volvemos al hilo del asunto y no es otro, querido lector, que igual tienes el Covid y no te has enterado. Y sólo con la prueba de marras, te aseguras que lo tienes en tu cuerpo.
Cambio de asunto: las autoridades ya están observando que el que tenia ahorros, poco o mucho, ahora tiene mucho más. Y ya sabéis como es el Estado, siempre por nuestro bien, por supuesto, que mira con ojos golositos esos euros de más. ¿Cómo consigue quitártelos de tu cuenta? No necesita un hacker que te piratee tu clave de entrada y contraseña. Es mucho más fácil. Se llama inflación. El 20% mínimo, aunque oficialmente dirán que es un 6%. Con el aumento de los precios, sube la recaudación impositiva, vía impuestos directos, indirectos sin olvidarnos del iva. Por eso el tener ahorros en la cuenta, es un dinero que no sirve para nada (se lo dije hace como unos treinta años a un director de mi sucursal). Si lo inviertes, puedes ganar, digo bien, puedes. O no. Quien gana seguro es el intermediario financiero con las comisiones y corretajes. Si el dinero en la cuenta no vale para nada, entonces o no lo tienes o si lo tienes te lo gastas. Bueno, con una excepción: aquellas personas, que gozan viendo un saldo elevado en su cuenta y sus ojos bailan al compás de los guarismos numéricos.
He terminado por hoy. Que paséis unas buenas fiestas del inicio de los tiempos gélidos. Y recordad: casi nada tiene solución, así que no os deis con la cabeza en un muro de piedra. Ya lo decía Dante: perded toda esperanza. Bueno creo que lo decía Dante, pero ahora no estoy muy seguro.
Mi amigo Javier, interpretando el magnífico concierto de Navidad. Zorionak!
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