Frase genial del padre, ya fallecido, de una muy buena amiga mía. Me encanta la frase en estos momentos donde es común oír quejarse a todo el mundo, de la cantidad de mentiras que pululan por medios de comunicación, redes sociales, mentideros (qué hermoso lugar).
A mí, personalmente la mentira me encanta. Si me preguntáis si Kokodrilo miente os responderé con lo que me dijo el otro día un amigo: una persona normal, viene a mentir de media, unas cuarenta veces al día. Y probablemente esto también sea mentira.
Para la gente muy obsesionada con la verdad por encima de todo, les diré que cuando cuentan hechos, situaciones, realidades que ellos piensan que se ajustan perfectamente a la verdad llamémosla objetiva, que sepan que, el receptor igual percibe algo totalmente diferente a lo que el emisor quiso decir.
Y de esta forma la comunicación se hace un tanto surrealista. Por eso, a mí no me molesta cuando recibo noticias, hechos, situaciones que son falsas. Es parte de la vida, parte de nuestra manera de ser. Al fin y al cabo, lo más actual no es decir si o no, sino decir que algo es blanco y a la vez negro. La cultura cuántica de la incertidumbre total. La obsesión por la verdad crea una ansiedad en la persona, con la consiguiente decepción, rechazo y por ende sufrimiento cuando comprueba que todo es mentira. Y en la medida de lo posible debemos intentar ser felices. Este sermón, para una mañana de domingo, es más que suficiente.
😆😆👍
ResponderEliminarBueno, ya has leído la tontada del pasado domingo. Pronto haré un programa de radio.
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