Sí, reconozco que soy fan de Hopper, desde que allá a principios de 1990, descubrí un libro con sus pinturas. Fue, lo recuerdo perfectamente, en un Vips de la calle López de Hoyos en Madrid. Desde entonces he copiado varios de sus cuadros y poco más puedo decir de él. Acabo de reproducir un cuadro suyo, "office at night", cuyo original aparece abajo.
Este hombre, aunque parezca mentira, creaba sus cuadros a partir de su imaginación o como mucho con apuntes que, tomaba del natural.
Aquí la traducción de sus notas: De noche en la oficina. <<Confidencialmente tuyo>>. <<Habitación 1005>>. Paredes blancas, luz eléctrica que sale del techo, de la lámpara del escritorio (pantalla verde) y del exterior de la ventana. Suelo verde (verde oscuro), mobiliario de caoba, carpeta azul sobre el escritorio, armario archivador de metal verde. Tabiques de madera marrón con paneles de cristal verde esmerilado. Persiana verde pálido. Borde de mampostería color arena en el exterior de la ventana. Hombre con traje gris, pelo rubio. <<Shirley>> con vestido azul, cuello blanco, medias color carne, zapatos altos negros, pelo negro y mucho pintalabios. Las figuras resaltan en el espacio, no sujetas al fondo. Lienzo belga, suave, doble imprimación. Oleos Winsor & Newton y Block x. Aceite de amapola. Blanco de plata Block x.
De Edward Hopper se ha escrito muchísimo. Su pintura yo la considero normal, dentro de unos cánones clásicos de academia. Pero sin embargo, su reconocimiento y fama es mundial. A continuación recojo un fragmento publicado recientemente:
"Se habla de los padecimientos diarios de artistas solitarios o de raro encaje social, como Edward Hopper, Andy Warhol, Basquiat y el fotógrafo Wojnarowicz, entre otros. Al observar sus obras en relación a la incapacidad para relacionarse comprendemos mejor lo que nos quisieron contar. El caso de Hopper es paradigmático porque Laing esboza la teoría de que el pintor no pretendía convertirse en el artista de la soledad, como así ha quedado señalado en la historia de la pintura, sino que sus imágenes eran la expresión exacta de un carácter huidizo, huraño, poco comunicativo, uno de tantos hombres burbuja que pasean por la ciudad sin rozarse con los otros, de la misma forma que no interactúan los personajes de sus cuadros.
Bueno, pues eso.