Como todo el mundo sabe, esto sucede cada año y es inevitable. De críos, nos encantaba, sobre todo porque no había que ir al cole. De mayores, ya es otra cosa y la mayor parte de gente con la que me relaciono, afirma que las navidades no les gustan. A kokodrilo le toca un par de celebraciones, la noche del 24 de diciembre y la del 5 de enero. La celebración del 5 de enero se pierde en la noche de los tiempos, mientras que la del 24, parece que fue ayer y han pasado siete años.
Zorionak!
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