miércoles, 27 de diciembre de 2017

Cuento de Navidad

Esto que os cuento, sucedió en la semana santa de 1987. Estábamos en Tomelloso y entonces, los niños, tenían diez y once años respectivamente. Hoy, aún les llamamos los niños y pasan de los cuarenta. Era de noche en un bar de Tomelloso y en TV estaban echando Tiburón 3. Y ahí fue cuando topamos con un pintor, con barba blanca y muy mayor. Enseguida entablamos conversación francamente amena, hasta el punto que el señor se empeñó en que cancelásemos las habitaciones del hotel que teníamos y que fuéramos a su casa. Entonces, 1987, no tenía ni idea que fuera el conocido pintor local Antonio López Torres y tampoco conocía a su sobrino, el famoso Antonio López.

La verdad es que todo quedó en eso, en la conversación. Con el paso de los años, descubres quién era en realidad el señor tan amable con el que mantuvimos animada charla. Por esa razón, cuando vi que su sobrino había hecho un dibujo a lápiz, entre 1972 y 1980, quise reproducir ese cuadro en acuarela, que es el que os presento. No tengo seguridad absoluta de que fuera él, aunque la probabilidad es muy alta. Es difícil que en 1987, en Tomelloso, hubiera dos pintores mayores, muy conocidos por la gente. Ese mismo año, en noviembre, falleció a la edad de ochenta y cinco años. 


P.D.: tenemos el segundo apellido igual. A lo mejor somos parientes, no sé...

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