lunes, 16 de marzo de 2020

El aperitivo

No hay nada como una imagen animada como en este caso, para comprender el alcance de lo que nos está tocando vivir en Iruña. Kokodrilo cumple escrupulosamente lo indicado por las autoridades competentes, pero pese a todo, por razones de fuerza mayor, me ha tocado mover el vehículo automotor y creedme: la sensación de circular por una ciudad tipo Chernobyl es increíble. No me topé con la autoridad, por lo que no hubo necesidad de dar las oportunas explicaciones de mis movimientos. 

Una última reflexión: el pasado 13 de febrero, tuvimos una comida en Bilbao con unos antiguos compañeros de trabajo. Y uno de ellos, Joserra, al que considero una persona con informaciones bastante acertadas, comentó que según una revista rusa, sputnik, consideraban el virus como creado en un laboratorio. Y al poco, Rusia cerró la frontera. No tengo ni idea de más cosas ya que como podréis suponer las informaciones están corriendo más que el virus. Y no todas son fiables. 

Os deseo que lo llevéis lo mejor posible. 


viernes, 13 de marzo de 2020

Antena MFJ 1798 (Final)

A veces me pregunto: esto, ¿realmente le interesará a alguien? Sobre todo en los momentos actuales con la que está cayendo con el dichoso virus. Pero sí, siempre hay algún interesado en esta antena, que es especialmente indicada para tejados complicados como el mío. Es un dipolo, así de simple, por lo que no tengo necesidad de colocar radiales de plano de tierra (esto ya lo he explicado alguna otra vez). Espero que ésta sea la última vez que hago reparaciones en esta antena, ya que la próxima será que la mande a una jubilación bien merecida. 

En el capítulo del funcionamiento lo hace perfectamente en todas las bandas. Otra cosa es que haya gente para contestar cuando llamo (últimamente no demasiado). Me entretengo decodificando lo poco que pillo por aquí o por allá, bien sea en RTTY, FAX o CW. Poca cosa la verdad. Pero la radio de onda corta, sigue siendo para mí fascinante y lo que es mejor, casa perfectamente con cada una de las nuevas tecnologías que van apareciendo. 

Con lo mayor que soy y aún sigo subiendo al tejado. Esta es una afición que tengo desde más o menos los siete años. Y ya ha llovido desde entonces. Ahí os dejo el vídeo. 


viernes, 7 de febrero de 2020

Antena MFJ 1798

La noche del 19 al 20 de diciembre de 2019, sobre las 3 o las 4 de la madrugada, no lo puedo precisar porque estaba durmiendo, un viento huracanado asoló la vieja Iruña, con vientos de unos 110 Kms. por hora. Y mira tú, que en la memoria de instalación de la antena, constaba que podría aguantar vientos de hasta 100 kilómetros por hora, algo no demasiado normal. Resultado. Tal como me lo temía la antena se escoró de una forma peligrosa hacia el nordeste, por lo que los vientos, supongo vendrían del sur oeste. No contentos con eso, el huracán tuvo una réplica la tarde del sábado día 21 y ya en ese momento la antena corría peligro de caer al patio, con las consecuencias nefastas que ese hecho puede acarrear. Así, que en plenas navidades, subí al tejado y le hice una cura de urgencia.
A continuación venía el asunto de la colocación de los vientos. Esa antena está aislada de tierra por lo que no se le pueden colocar vientos metálicos. Al final me decidí, después de mucho pensar, por un cable de kevlar que lo tuve que pedir por medio de la empresa de mi amigo Jeff Bezos. Creo que vino de algún punto de china y lo que más me sorprendió es lo fino que es. Espero que aguante.
Hoy afortunadamente ha hecho un día inmejorable en Iruña por lo que el montaje ha sido prácticamente perfecto. Aquí os va el vídeo del final de la odisea. Cinco horas de tejado.



No quiero terminar esta magnífica entrada sin colocar las fotos del antes y el después. La foto de la catástrofe está tomada el día 23 de diciembre, día señalado porque entre otras cosas andaba bastante liado con la cena de navidad, ya que este año había subido el número de comensales de cuatro a seis. La otra foto es de hoy y si no hago más escritos con referencia a la dichosa antena, será señal de que todo va bien. Y ahora la pregunta: y tú...¿para qué quieres esa antena? Me la hacen mucho.


viernes, 31 de enero de 2020

Mientras dure la guerra

Magnífica película de Alejandro Amenábar. Un retrato, para mi gusto, muy fiel de lo que ocurrió en Salamanca en los primeros momentos del golpe de estado de 1936, con la figura central de Miguel de Unamuno. Película impecable, como todas las de Amenábar.

Pero yo, que soy un adicto a las radios de época, descubro algo que para mí resulta muy extraño: en la casa de Unamuno, aparece una radio que no se corresponde en absoluto a las de 1936. Estamos hablando de un tipo de radio, con teclas de plástico, que comenzó a comercializarse a principios de los años 50. 

Y me resulta increíble que un director que, supongo, manejará presupuestos muy altos, con equipos de atrezzo cualificados que miman el detalle, tenga ese descuido. Pese a todo, ésto no le quita valor a la película y dudo que haya mucha gente que se fije en el cambiazo.

No creo que esto que escribo llegue a saberlo Amenábar algún día. Mi página, según sé, la visitan muy pocas personas. Algún amigo, al que le comenté el asunto, me sugirió que me pusiese en contacto con el director, algo que evidentemente no puedo hacer: no sé su teléfono.


Por si alguien piensa que la foto no corresponde a la película, aquí coloco el trozo de cinta donde se ve la radio a la que aludo.

                                           

Termino colocando la radio que según creo, es la que aparece en la película. Se trata de una Philips Mod. BE-662-A, fabricada por Philips Ibérica (Copresa), en 1956. O sea, veinte años después de la escena.




La imagen la he sacado de la magnífica colección de radios de Fernando Maestre.


jueves, 9 de enero de 2020

El día después

Con este vídeo se completa la saga de tres entregas que resume de una forma perfecta las simpáticas, entrañables, cariñosas y familiares fiestas navideñas, con sus terribles consecuencias  para la cartera y el estómago. 

La humanidad, estoy convencido, es sabia y si había enormes colas en la puerta de unos grandes almacenes a las diez menos un minuto del día 5 de enero, no eran menores las existentes a la misma hora pero del día 7, supongo que por diferentes razones. 

Que disfrutéis del vídeo


lunes, 6 de enero de 2020

Miniaturas (3)

Bueno, creo que por ahora ya vale de miniaturas. Hoy, día seis de enero, se cumplen los veintitrés años de su fallecimiento. Justo en ese momento, José María, tenía los años que ahora tengo yo. Por lo que está claro que no me entero del paso del tiempo, ya que en 1997 a mí me parecía que era muy mayor. 

Su currículum era realmente importante según podéis ver:


De ahí deduzco que al menos por títulos, tuve un profesor competente. No tanto el alumno. Recuerdo que en 1996 el hombre casi llegó a la desesperación cuando me decía: haces lo más difícil que es dibujar y fallas en el color que es lo más fácil. Fui bastante mal alumno, todo hay que decirlo, pero le ajustaba las radios y la televisión.

De hecho, nos conocimos en 1987 por medio de un amigo común y para él, además de empleado de banco, era el experto en telecomunicaciones. Jamás le comenté que era pintor aficionado, hasta que en 1994, hice seis acuarelas con tan mala fortuna que las vio expuestas en una tienda de venta de material artístico. Me llamó como un rayo al banco y se ofreció a darme clases en su estudio. Yo no le hice ni caso, porque conocía su fama como restaurador y miniaturista y evidentemente no tenía el nivel. Pero tanto insistió que no me quedó más remedio que ir a su casa todos los martes y jueves de 6 a 8 de la tarde. Y anduve durante dos años viendo cómo él realizaba las miniaturas que voy colocando, mientras escuchábamos a Encarna de tarde y a Julia Otero. 

Fue una experiencia maravillosa, porque me contaba cantidad de historias de cuando estuvo en Italia. La pena no haber profundizado más en lo de las falsificaciones y en todo lo relacionado con Paul Cooremans. Basta de rollo. Ahí os va la última miniatura. La próxima entrada será otra cosa, que ni siquiera se qué va a ser. 


Plaza


domingo, 5 de enero de 2020

Miniaturas (2)

A vueltas con mi profesor, al leer su extenso curriculum, descubro que fue alumno de Paul Cooremans. Y, ¿quién es Paul Cooremans? Bueno pues resulta que este señor es ni más ni menos el perito nombrado en el juicio del falsificador Han van Meegeren, personaje curioso donde los haya, que logró engañar al mismísimo Hermann Göring. 

En el juicio de Nüremberg, Hermann Göring fue condenado a muerte y al descubrir el Veermer que obraba en su poder, tirando del hilo llegaron hasta la persona que se lo vendió. Entonces detuvieron a Meegeren y cuando la sentencia iba a ser de muerte, por vender patrimonio Holandés, confesó que lo había hecho él. Y eso le salvó de la muerte, aunque por otras causas falleció enseguida, en 1947.  Bueno pues Paul Cooremans, fue efectivamente el que certificó que el Veermer había sido pintado por Meegeren, lo cual le valió numerosos ataques de coleccionistas que había sido engañados. 

La historia de las falsificaciones tuvo su apogeo a principios del pasado siglo XX, fundamentalmente entre millonarios norteamericanos, que habían sido estafados. Todo este rollo, para decir que mi profesor tuvo de maestro a alguien verdaderamente importante en el mundo del arte. Ahí os va otra magnífica miniatura suya. 


Bosque