jueves, 28 de diciembre de 2017

Casa de Antonio López Torres


Su sobrino, realizó este dibujo a lápiz entre mil novecientos setenta y dos y mil novecientos ochenta y se lo tomó con calma, ya que, según parece lo iba haciendo cuando iba a Tomelloso desde Madrid, donde residía.  En septiembre de 2011 tuve la ocasión de ver el cuadro en la exposición que le organizó el Museo Thyssen  Bornemisza. Y ahí nació el deseo de hacer la acuarela a partir del dibujo y sólo he tardado seis años en cumplir mi deseo. Los hay más lentos. 

miércoles, 27 de diciembre de 2017

Cuento de Navidad

Esto que os cuento, sucedió en la semana santa de 1987. Estábamos en Tomelloso y entonces, los niños, tenían diez y once años respectivamente. Hoy, aún les llamamos los niños y pasan de los cuarenta. Era de noche en un bar de Tomelloso y en TV estaban echando Tiburón 3. Y ahí fue cuando topamos con un pintor, con barba blanca y muy mayor. Enseguida entablamos conversación francamente amena, hasta el punto que el señor se empeñó en que cancelásemos las habitaciones del hotel que teníamos y que fuéramos a su casa. Entonces, 1987, no tenía ni idea que fuera el conocido pintor local Antonio López Torres y tampoco conocía a su sobrino, el famoso Antonio López.

La verdad es que todo quedó en eso, en la conversación. Con el paso de los años, descubres quién era en realidad el señor tan amable con el que mantuvimos animada charla. Por esa razón, cuando vi que su sobrino había hecho un dibujo a lápiz, entre 1972 y 1980, quise reproducir ese cuadro en acuarela, que es el que os presento. No tengo seguridad absoluta de que fuera él, aunque la probabilidad es muy alta. Es difícil que en 1987, en Tomelloso, hubiera dos pintores mayores, muy conocidos por la gente. Ese mismo año, en noviembre, falleció a la edad de ochenta y cinco años. 


P.D.: tenemos el segundo apellido igual. A lo mejor somos parientes, no sé...

lunes, 25 de diciembre de 2017

Otra Navidad

Como todo el mundo sabe, esto sucede cada año y es inevitable. De críos, nos encantaba, sobre todo porque no había que ir al cole. De mayores, ya es otra cosa y la mayor parte de gente con la que me relaciono, afirma que las navidades no les gustan. A kokodrilo le toca un par de celebraciones, la noche del 24 de diciembre y la del 5 de enero. La celebración del 5 de enero se pierde en la noche de los tiempos, mientras que la del 24, parece que fue ayer y han pasado siete años. 


Zorionak!