Esto se dice cuando algo nos parece altamente sospechoso. Y no es para menos, dada la cantidad de noticias contradictorias que se han ido sucediendo en relación al coronavirus. Ahora resulta que la mascarilla es de obligado uso. Y antes no. Incluso te decían que podía ser perjudicial. Yo por si acaso, en cuanto me agencié una, que por cierto me costó un huevo, me la puse.
Lagarto, lagarto, con el asunto de los chicos que se manifestaron en coche el pasado sábado 23 de mayo. No es que me importe, pero es que realmente, si no hubiera sido por las televisiones de todo pelo que le han dado una inusitada publicidad, el asunto hubiera rozado el ridículo.
Ya se sabe que cuando la economía va mal, surgen los fascismos. Aquí es difícil que surja ya que desde 1936, jamás se fue. Un poco de maquillaje y de apariencia, pero aquí siguen los de siempre llevando el timón de lo realmente importante. No lo olvidéis.
Lagarto, lagarto.... Que disfrutéis con el vídeo.
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