viernes, 14 de enero de 2022

ALEXANDER MAKSIMOV Y SU HIJO IVAN

Lo que veis en la foto, es ni más ni menos que el motivo de mi próximo cuadro. Y la imagen del padre y el hijo en una moto de nieve, no puede ser más sugerente. Yo creo que, éste, será el último cuadro que pinte sobre la región de Solovki en el Gulag soviético, campo de concentración que fue, hasta su cierre definitivo en el 1939, justo al comenzar la segunda guerra mundial. 

Ahora se cumplen dos años del viaje a Granada, en el que descubrí la magnífica exposición fotográfica de Juan Manuel Castro y Rafael Trapiello. De todas las fotos, sólo dos me han hecho mover el lápiz y el pincel. 

Alguien pensará que copiar de fotos no es muy guay, que mejor sería hacerlo del natural. Y por supuesto, estoy de acuerdo. Es mejor pintar del natural, pero las incomodidades de la intemperie, sobre todo en invierno, no lo hacen aconsejable. Y además, el que pinto soy yo. ¿A quién le importa? A nadie y menos a la docena de visitantes que entráis por aquí.

Hace poco, la revista Forbes presentaba una lista de las personas que mayores ingresos tienen, adquiridas a través de diferentes plataformas de internet. Y me quedé asustado cuando aparecían unas chicas que en la red tiktok, tenían millones de seguidores e ingresos multimillonarios. 

Pensemos por un momento en Youtube. Si un Youtuber, que así se llaman, tiene unas cincuenta o sesenta mil visitas diarias, a mí lo único que se me ocurre es que tiene un buen negocio montado, pues como mínimo está ingresando entre quinientos y seiscientos dólares al día. Ya lo que diga o haga en ese vídeo es lo de menos. Lo importante es que, ha tenido la habilidad suficiente, para atraer a su canal a multitud de personas. 

Y es que, ya me estoy desviando, todo, todo, pasa por conseguir que millones de personas te sigan. No importa lo que digas, si es verdad o es mentira. La finalidad es que se fijen en nosotros. Y hablamos de Instagram, Facebook, Youtube, tiktok, twitter, etc. etc. Unos lo hacen por dinero y otros para que la gente se fije en ellos.

Final: llevo control de los que entráis a diario. Cuando en alguna rarísima ocasión, he tenido más de cien visitas, he llegado a asustarme. De nada.



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