Le llamé a Carmen Cervera, ya sabéis, la dueña del Thyssen, para que me cogiera un par de entradas a fin de ver la exposición dedicada a las mujeres artistas, que durante años fueron silenciadas.
Una vez con las entradas en mi poder, el resto fue fácil: ni siquiera hay que hacer cola en la taquilla. Sólo hace falta enseñar ese cuadradico con formas geométricas, creo que le llaman código QR y te dejan pasar.
No hace falta deciros que el paseo por la exposición fue una gozada. Eso sí, las exposiciones siempre cansan más de la cuenta. Deberían poner más asientos en las salas.
De todos los cuadros, sin ser el mejor ni mucho menos, me llamó la atención el que os pongo a continuación.
Confidencias crepusculares. 1888. Cecilia Beaux
Yo creo que ponen pocos asientos precisamente a posta, para que el personal se canse antes y deje sitio para los siguientes...más entradas más dinero. Por lo demás, la exposición tiene una pinta estupenda
ResponderEliminarTu aportación en referencia a los asientos es acertada: habría gente que se quedaría todo el día e incluso llevaría el bocata.
ResponderEliminar😄
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