¿Merece la pena tener un blog? Y la respuesta es que no tengo respuesta. En este mundo de las redes, de las páginas web, de internet, todo es efímero y volátil. Lo que hoy es la última moda, en nada se queda viejo. Viejo, sí, eso es este medio en el que escribo. La moda ahora es Tik Tok. No, ¿quizás Youtube? Pero si Youtube es viejo. Ahora es mejor Twitch. ¿Cómo? ¿Twitch? ¿Eso qué es? No, salao, lo mejor es twitter que ahí no sólo puedes meter textos sino también imagen, vídeos, etc. Lo que quieras. Que no, hombre, que no. Si lo que quieres es meter fotos, vete a Instagram. Y, ¿qué me dices de Facebook? Ahí tienes de todo e incluso puedes hacer millones de amigos.
Qué lío. Me vuelvo al blog. ¿Pero ya te entra alguien, Rafael? Pues la verdad que no muchos. Unos diez o doce al día y dos o tres entradas son mías. ¿En serio? Pero eso es una miseria. Sí, claro que es una miseria. Me alerté hace poco cuando en una noche me entraron trescientos y pico. Yo pienso que serían agentes de inteligencia.
Resumo: voy a seguir con el blog. La razón es que, me permite practicar la escritura. Además, cuando pinto algún cuadro, tengo mi propia galería. De vez en cuando hago algún vídeo y lo subo a Youtube. Hago algún programa de radio, cosa que me divierte aunque no diga nada. Gracias a Spreaker, tengo la posibilidad de tener diez programas con una duración de media hora por entrega. Y por último no olvidemos mi contribución a la ciencia, con publicaciones de carácter técnico.