FRAGILIDAD

Ayer a las 12.30 nos quedamos sin energía eléctrica. Ya lo sabíamos, pero quedó confirmado: ante un fallo en los sistemas que prácticamente lo manejan todo, somos muy frágiles.

El capitalismo ha creado un mundo virtual al que nos hemos acostumbrado. Ya casi nadie lleva dinero en efectivo. Yo siempre. Todo lo confiamos a este mundo virtual que nos han impuesto. Recuerdo una peli terrorífica donde ocurre esto. Y solo salen adelante aquellos que tienen unos conocimientos que casi nadie tiene. Soy analista de sistemas, dice uno en una especie de granja donde lo que interesa es saber cultivar y producir alimentos. Evidentemente ese analista de sistemas es un perfecto inútil para la comuna improvisada.

¿Os imagináis que un día miráis el saldo de vuestra cuenta corriente y aparece "0"? Parece imposible, pero estamos comprobando que puede ocurrir. Yo estoy convencido que estamos en manos muy peligrosas que no sabe casi nadie quienes son.

La tesis fundamental es priorizar el beneficio sobre todo lo demás. Eso es lo troncal. Y ese beneficio, no tiene un final, sino que es una tendencia hacia el infinito sin importar un pepino las consecuencias para las personas. Hace poco estuve en Madrid, ese paraíso de cañitas y tapas. Aparte del desastre por la huelga de basuras, impresiona la cantidad de gente que duerme permanentemente en las calles. Por cierto, allí no hay nadie escribiendo "gente durmiendo en la calle", como en Iruña.

Termino: Hace un par de días, pasé por una oficina bancaria recién cerrada. Ponía un cartel que decía que para un mejor servicio, se cerraba la oficina. Yo, traduje enseguida lo que quería decir: "como ganamos muchísimo y además lo publicamos, aún queremos ganar más. Por eso cerramos esta oficina, te jodes y vas a esta otra". 

Final: el famoso apagón ya estaba profetizado por no se quién hace unos cinco años. Viene a decir que podemos esperar un ataque cibernético que produzca un apagón total. Ayer escuchando la radio observé que había un gran interés para que no hiciésemos caso a los bulos que corren, añadiendo que siguiésemos sólo las consignas oficiales del gobierno. No se a vosotros, pero a mí se representó inmediatamente el libro 1984 de George Orwell.