De momento con la miniatura de hoy y la próxima, termino la serie de entradas dedicada al que fue mi profesor durante casi tres años. Todos los martes y los jueves, de seis a ocho de la tarde, era la cita obligada, acompañados de dos programas de radio de la época: Encarna de tarde y Julia Otero. Primero una, en una cadena y a continuación la otra. Él, con mascarilla, exactamente igual que ahora con el virus. Yo no la usaba, pero no me dejaba ni acercarme a la obra que en ese momento estuviera realizando. Una simple gota de saliva, era suficiente para estropear la miniatura. La clase duraba dos horas, esto es, un total de cuatro semanales. Aprendí mucho de él y como ya he explicado en otras ocasiones, no se refleja en el resultado de mi obra actual. Pero hay que tener en cuenta, que en mi filosofía de trabajo, tanto en pintura como en electrónica, el medio es el fin. No me importa el resultado, más aún, me da igual, centrándome en el proceso temporal de realización. Por lo tanto, la obra terminada me es indiferente. Ya dije hace años, que jamás volveré a hacer una exposición. Por otra parte, reconozco lo valiente que es mucha gente cuando se "expone" a exponer. Allá ellos.
Tortilla