Llevo varios días con la idea de escribir algo sobre la naturaleza del ser humano. Y lo realmente complicado es resumir lo que pienso de nuestra especie, teniendo en cuenta que, el hombre como tal, es algo minúsculo dentro de la inmensidad del universo.
A la humanidad le podía haber dado por colonizar otros mundos, dar el salto hacia otras galaxias. Sin embargo, desde el principio, se dedicó a explotar la tierra, a considerarla de su propiedad y por lo tanto el siguiente paso fue el arrebatárselo al vecino mediante la violencia, llegando incluso a su eliminación. De ahí al nacimiento de todo tipo de guerras, no hubo más que un paso. El hombre lleva dentro de su código genético, el apropiarse de lo ajeno, la agresión hacia el más próximo. Pensad de dónde han salido los grandes propietarios, terratenientes y poseedores de inmensos bienes y fortunas.
Tanto en tiempos pasados como en la actualidad, lo que más prolifera por todos los lugares de la tierra son las guerras y su finalidad no es otra que el apropiarse de lo ajeno, sean bienes o materias primas. Las constantes guerras, disparan los gastos militares en todos los países, incluso los más pobres. Cíclicamente, tras cada guerra más o menos cruenta, se procede a la reconstrucción y es un bucle del que ni se sale ni se ven atisbos de salir.
Paralelamente, poco a poco se va destrozando el planeta, agotando sus recursos naturales, contaminando, alterando los frágiles ecosistemas, en una palabra, sentando los cimientos para que el ser humano desaparezca de la madre tierra. Que el hombre esté o no en la tierra, al universo en su conjunto, si se puede decir de esta manera, no le preocupa en absoluto. La vida, tal como la conocemos o de otra forma, puede surgir o ha surgido en multitud de ocasiones y sólo si hay un observador inteligente, es posible su apreciación. En caso contrario, es como si no existiera.
Resumen: no somos tan importantes como pensamos ni el centro de nada, sino unos seres condenados a destruir y aniquilar todo lo que nos rodea, no para nuestra supervivencia, como hacen otros animales a los que denominamos irracionales, sino que en nuestro caso se dan otras connotaciones de dominio, acumulación y poder, extraordinarias. Un ejemplo práctico: supongamos que "alguien", tiene una fortuna de unos doscientos mil millones de dólares. ¿Pensáis que se conformará? Nada más lejos. Esa persona, mientras viva, seguirá acumulando sin límite alguno.
Soy pesimista. Pienso que no tenemos remedio. Seguiremos así hasta terminar con todo. No hay más que ver las millonadas que se destinan a armamento de todo tipo, en comparación con lo que se invierte en educación, sanidad, asistencia social, etc. etc. Insisto: el que tiene mucho, no para hasta conseguir más. Hay cálculos que nos dicen que hay suficiente para toda la humanidad en lo que es necesario: alimentación, educación, sanidad, vivienda etc. Pero esto no será así. Cada vez menos gente acumula mucho más.
Creo que, es una minoría de la población mundial la que tiene ese registro de violencia extrema. Esa necesidad imperiosa de dominar, depredar, destruir, robar, etc. etc. Pero claro, aunque sean una minoría, son los que tienen todos los recursos materiales, por lo que les resulta muy fácil tener sometido al resto de rebaño.
Hace muchos años, un compañero de clase me soltó aquello de que unos nacen para mandar y otros para obedecer. Teníamos unos trece o catorce años. ¿Dónde lo habría oído? Pienso que nacemos con el destino marcado, del que nos es muy difícil escapar. En este asunto, comparto las tesis de Guillermo de Ockham, en lo que respecta a la predestinación.
Somos una insignificancia a escala cósmica. El universo en su conjunto lleva unos catorce mil millones de años y los humanos, como seres inteligentes unos trescientos mil. Así que aunque nos carguemos la tierra y desaparezca la mayor parte de los seres vivos, en la escala de todo el universo, no pasa absolutamente nada.
Estoy convencido de que la humanidad se podría salvar si se pusieran en práctica unas medidas relativamente simples, ya que, nuestras necesidades básicas son el alimento, vivienda y vestido. Luego lo complementamos con educación y sanidad y con este sencillo truco, la tierra, la humanidad se podría escapar del desastre. Pero pienso que nada de esto va a suceder y continuaremos con la escalada destructiva.
Vivir en una comunidad así ya existe: se llama Auroville, en el sur de la India. No hay dinero, no hay propiedad privada. El que vive allí, asume las normas y para satisfacer sus necesidades trabaja cinco horas diarias, ya que lo que realmente vale, no es el dinero, sino el tiempo. Y luego viene Samsung y me manda un correo que literalmente me dice: ¿nos regalas un poco de tu tiempo? Qué morro tienen. Ya directamente te piden que les regales lo que más valor tiene, que no es otra cosa que el tiempo, o si queréis el trabajo desarrollado en ese tiempo.
Final: mi visión sobre el ser humano, no puede ser más pesimista. Caminamos de forma inexorable hacia la destrucción total.