viernes, 9 de junio de 2017

Banco Popular

La noticia que está en todos los medios es que, el Banco Popular pasa a ser del Santander. Hay que tener en cuenta que el que esto escribe, después de dejar los estudios trabajó en ese Banco durante casi cuarenta años. Allá por 1968 mi madre me dijo: entra en un Banco que es muy seguro. Bueno en realidad entonces se llamaba La Vasconia, pero pertenecía al Grupo Popular. Con las turbulencias del ladrillo, allá por los años 2007/2008, el Popular se desprendió de los bancos filiales, como el Andalucía, Galicia, Vasconia, Castilla, Crédito Balear. Esto a mí en principio no me gustó nada ya que el 2009 pasamos a ser Banco Popular. Y eso que el Banco de Vasconia tenía un participación del 3% dentro del grupo. El 2010 me jubilé y ya le perdí un poco la pista al Banco. Sí se sabía que se había metido en el fabuloso negocio del ladrillo, justo un poco antes de irse todo al carajo con la famosa burbuja inmobiliaria. Pese a todo, seguía siendo un banco rentable y saneado. 

Pero ya las cosas se comenzaron a torcer cuando en 2011, teniendo en balance cantidad de impagados por el asunto de la construcción, debió rechazar alguna ayuda que venía por parte del Gobierno. Yo ya estaba fuera pero creo que afirmó que podía salir por sus medios. Así que vino la ampliación de Capital de 2012 y la compra del Banco Pastor. A esto se une la última ampliación de capital de 2016 por 2.500 millones y siempre, no lo olvidemos superando los exámenes de estrés bancario y demás por parte de autoridades de España y de Europa. Creo que como gran chollo se vendió la acción a 1,25 euros, pero esto lo digo de memoria.

El consejo de administración estaba blindado por la sindicatura de accionistas y consejeros afines. Pero algo debió pasar para que alguien de dentro del consejo diera el beneplácito para la destitución del presidente, fichando a otro que provenía de la JP Morgan. El final de la historia lo sabéis, pero a mí me llama mucho la atención un par de cosas: cualquier acción se puede ir al infierno por las posturas bajistas. Alguien ha movido muy bien los hilos para que acabase en 0,30 euros. Y el segundo aspecto ha sido la retirada masiva de fondos, dejando el banco limpio. Y encima, esa es la razón por la cual la autoridad Europea lo declara próximo a la quiebra. 

No conozco ningún banco, que ante la retirada masiva de fondos, como en el Popular, no se vaya a la quiebra. Además, me he dado cuenta que los medios de comunicación, están en su derecho, contribuyeron de una forma notable a sembrar el pánico. No es mi cometido el analizar qué se hizo mal en esta historia, pero algo a mí no me cuadra. 

Pero ya el colmo de los colmos, es que los accionistas pierdan toda su inversión. El que juega a la bolsa, como su nombre indica es un juego, puede ganar o perder. Pero en un banco, nunca había visto algo parecido. La gente, en diferentes entidades que han quebrado han perdido un 30, 40 o incluso un 60% de su inversión. Pero esto es muy diferente.

Para terminar debo decir que en el banco que trabajé, porque mi madre me dijo que era seguro, jamás pasé del escalón de oficial primero por antigüedad. Y es que nada más entrar ví lo que era la banca y me quedé escandalizado. La banca nunca debe estar en manos de particulares. Debe estar nacionalizada. Pero esto ya es para otro artículo.







domingo, 28 de mayo de 2017

Dibujos y pinturas

Normalmente tengo mi fuente de inspiración mientras paso el aspirador los domingos por la mañana. Y hoy, que es domingo, se me ha ocurrido escribir algo en este blog sobre mis dibujos y pinturas. Resulta que, entre 1994 y 1996, recibí clases de un señor que para mí era una autoridad en esto del pincel. Era miniaturista pero fundamentalmente restaurador. Su curriculum era extenso y variado. Allá por 1988 me lo presentó un amigo pero evité decirle que pintaba. El asunto es que para él yo era el amigo de su amigo, además de hijo de mi padre, que a la sazón era muy amigo de un tío suyo, bastante conocido en Pamplona.

Para él yo era simplemente un muchacho que trabajaba en un banco y que además tenía aficiones a la electrónica, por lo que le aconsejaba en asuntos relacionados con esa disciplina. Pero claro, un día por casualidad vio un cuadro mío y desde entonces se empeñó en darme unas clases para mejorar mi técnica. Puso mucho empeño pero creo que fracasó en el intento, dada mi resistencia a someterme a la enseñanza, además de la brevedad del tiempo empleado (unos dos años y pico).

Pero hoy quiero reseñar algo que me dijo: mira, Rafael, lo que mejor tienes para dedicarte a la pintura es que trabajas en un banco. Y aquí, más de veinte años después de su muerte, es donde me pierdo. Nunca entendí qué quiso decir. Una interpretación puede ser que, mira chaval, eres tan malo, que menos mal que tienes unos ingresos, porque de la pintura no vivirás jamás. O bien esta otra: pintas bien, pero es muy difícil vivir de la pintura. Fíjate en mí, que pinto lo que me da la gana porque soy rico. Por cierto, es el primer rico que he tenido cerca, en mi vida.

Total que hace unos quince años, siendo lo mío el dibujo y la acuarela, me metí en el proceloso mundo del óleo. Yo me decía: esto es más fácil que la acuarela, ya que si te equivocas, dejas secar y  pintas encima. Pero la realidad es que el óleo no me gusta, pese a ser el mejor sistema de pintar. Siendo eso verdad, hay que tener en cuenta que es bastante engorroso y sucio el trabajo con óleo. Siempre a vueltas con el aguarrás y tal. Nada, vuelvo al dibujo y a la acuarela, que es lo que he hecho siempre, con mayor o menor fortuna. 

Vuelvo a la acuarela, sí, después de dos intervenciones de cataratas que me han mantenido entretenido. Me han operado los dos ojos y tengo mucha suerte de no ser una araña, porque en ese caso habrían sido ocho intervenciones, ya que, como todo el mundo sabe, las arañas tienen ocho ojos. Así que la coartada perfecta para no hacer nada ha sido el proceso de operaciones. Ahora, con buena vista de lejos y con gafas bien graduadas para cerca podré volver a la lectura y a la pintura.

Volviendo al profesor: este hombre, que para mí era un sabio, me decía: un cuadro tiene cinco aspectos que hay que tener en cuenta, de más a menos importante: 

1. Que guste
2. Que técnicamente esté bien hecho
3. Que el autor tenga premios y reconocimientos
4. Que lo puedas pagar
5. Que una vez adquirido, haya bastantes posibilidades de que se revalorice

Esto que acabo de transcribir, tiene más miga de lo que parece. El ejemplo más claro es el clásico señor que tiene un cuadro por el que pagó un huevo y al cabo de un montón de años, lo intenta vender por la décima parte del valor de compra. Esto lo he visto yo en Pamplona con mis propios ojos (antes de operar).

Termino: mi profesor, a mi amigo y a mí, nos prometió una miniatura. Jamás nos las dio, entre otras cosas porque se murió antes y no tenía ninguna intención de hacerlo. Hoy es muy difícil acceder a esas miniaturas. Los que en su día compraron una, supongo, las guardarán como oro en paño. Yo tengo localizadas dos. De la obra que quedó en casa, desconozco su estado, aunque sospecho que no es bueno. Decía que tengo localizadas dos con tan buena fortuna que un día estuve en casa de sus propietarios y le hice la foto que adjunto.



miércoles, 22 de marzo de 2017

¿De lo mío, qué?

Gran frase esta. Una más, a la que estamos muy acostumbrados. Pasa mucho. Recibes una llamada de alguien con el que no hablas desde hace mucho y tras los saludos de rigor y bajo la apariencia de interesarse por tu vida, se esconde la auténtica razón de la llamada: pedirte algo.

Redes sociales. No me gustan y mucho menos introducir comentarios, o sea, lo que se llama entrar al trapo. Huyo de los vídeos que corren por You Tube, whasapp, facebook o twitter, cuyo banderín de enganche es que llevan 28.976.457 descargas. 

Todos ponemos cosas para que nos vean y/o nos alaben. Generalmente si recibimos algún "me gusta" de alguien y ese alguien no se ve correspondido con un "me gusta" nuestro, el mosqueo está asegurado. Y probablemente en un futuro pasará de tus ocurrencias.

Mucho se habla del espionaje y de cómo nuestras vidas están siendo vigiladas por el gran hermano digital. Bueno eso tiene su parte de verdad. Como compres algo en Amazon o en cualquier otra tienda virtual, ten por seguro que te machacarán durante un largo tiempo ofreciéndote las cosas de tu interés.

Pienso que no existe corta fuegos ni antivirus que te proteja de los fisgones. La única manera de sentirte a salvo es colocar en internet justo lo que tú quieres que lo sepa todo el mundo. A modo de ejemplo, estás de charla con un amigo en un sitio público, como por ejemplo un bar y tienes unas antenas parabólicas al lado en forma de señor leyendo la prensa, que no se pierde ni una coma de lo que dices. Bueno pues en este caso se habla no sólo para tu interlocutor sino para el señor de al lado. Es divertido. Internet es lo mismo: todo lo que tienes en el PC o en el móvil, es público. Si no quieres que te lo cotilleen, no tengas nada.

Si no quieres de verdad que algo se sepa, no lo pongas en la red. Y ahí meteríamos las inocentes fotos que hacemos con el móvil. Eso, no lo dudes, es público. Si pretendes hacer fotos privadas tendrás que emplear una máquina convencional de las de antes o un móvil sin tarjeta sim. Así de claro.

Reconozco que soy un poco fisgón, sí. Y por eso, de vez en cuando, leo comentarios en facebook de gente que ni conozco ni conoceré jamás. Lo que más me impresiona no son los comentarios, sino las garrafales faltas de ortografía con las que nos obsequian algunos internautas. No me refiero a las comas o a algún acento dudoso. Incluso el emplear b en vez de v,  es de alguna manera justificable si el escritor es vasco. Pero, ay, confundir el ahí con el hay es muy duro. Y esta es una de las que me acuerdo. Pero hay barbaridades a patadas.

Y acabo. Ayer iba en la villavesa. Una señora enfrente mía, leía lo que parecía un informe de alguna de las consultas del hospital. Detrás, un señor mayor, por encima de su hombro leía también el informe médico de la señora. En un momento dado, el señor se debió de percatar de que yo le había mirado y entonces, sólo entonces, dejó su lectura. Y, esto, ¿a qué viene? Sinceramente, a nada, pero tenía que terminar de alguna manera y esta me ha parecido buena.







jueves, 16 de marzo de 2017

Camino hacia el caos

A veces pienso que lo que nos rodea son caminos que conducen hacia el caos y la destrucción. Todo tiende a corromperse a complicarse y en definitiva a desaparecer transformándose en otra cosa. Bueno un inicio transcendental. A ver cómo sigo...

Nos dicen que los recursos no renovables son limitados, pero contra todo pronóstico, el hombre se lanza hacia ellos hasta terminar con todo lo habido y por haber. Las guerras, sobre todo las que se inician, son sólo esa lucha a muerte por los recursos. Siempre ha sido así. Recordad el año 2001 y el comienzo del movimiento de países a la caza del petróleo. Muchas de las guerras de ahora mismo, son la expresión de esa codicia por acaparar petróleo y materias primas variadas.

Algún día, como los recursos son limitados, se agotarán. Entonces y sólo entonces es cuando las grandes corporaciones empezarán a hincar el diente a los recursos renovables. Claro y siempre, previo pago, por lo que acabaremos pagando incluso el aire que respiramos.

En la tierra hay de sobra para que todos sus habitantes disfruten de una vida digna. Jamás será así, porque caminamos hacia un mundo donde cada vez menos gente, tiene más riquezas. Antes era necesario el esfuerzo humano y por eso el capital soportaba tener que pagar un sueldo, generalmente miserable, a los trabajadores. Ahora ya no importa. El capital especulativo ya no necesita ni trabajadores, ni siquiera necesita producir. Se ha pasado de la economía real a la economía del dinero virtual. Ni siquiera el dinero responde a nada real. Es sólo un guarismo.

Todo ello va acompañado de un rearme espectacular de ejércitos, policías y cuerpos de seguridad de todo pelo, que hace muy difícil si no imposible, cualquier intento de revolución. Diríamos que la oligarquía financiera, el auténtico poder, ha aprendido mucho.

Se nos dice que caminamos hacia un mundo donde el trabajo lo harán las máquinas. Momento oportuno para garantizar un sueldo digno, a todo el que no tenga ingresos. Al fin y al cabo sería gente con la que se podría contar para trabajos comunitarios. Y esa gente con dinero para gastar, movería el intercambio de bienes y servicios con lo cual iría disminuyendo el número de parados.

El imperio de la Ley. Todos dicen lo mismo. Cuanto más oigo por los grandes medios eso de que aquí el estado de derecho funciona, más convencido estoy de que no se lo creen ni ellos. Bueno, ellos son los primeros que no tienen por qué creerlo. Todos sabemos que no somos iguales ante la ley. ¿Tan complicado es explicar que antes que cualquier ley están las necesidades y libertad de los humanos? No es difícil explicar que hay leyes que nunca se debieron promulgar. Lo hicieron una minoría usurpadora del poder a espaldas de los ciudadanos.

Si algún día se llega a un socialismo real, a una auténtica democracia o sea poder del pueblo, los grandes medios se encargarían de publicar un día sí y otro también los desastres: indigentes recogiendo basura, gente pidiendo por las calles, gente durmiendo entre cartones, colas inmensas de parados ante las oficinas de empleo, más de un millón de personas que tienen que huir de su país. Lo mismo que pasa ahora, pero se repetiría constantemente mañana, tarde y noche para escenificar el caos en el que se vive con ese nuevo gobierno. Y por supuesto no pararían hasta eliminarlo. 

Insisto en que el modelo democrático está viciado de origen. Jugamos contra un enemigo muy poderoso, el capital, que además tiene todo de su parte y las cartas marcadas. Además como he dicho al principio, al capital igual ya no le hacen falta productores. El mundo de los muy muy ricos está lleno de glamour. Políticos, banqueros, militares de alta graduación, jerarquía eclesiástica, grandes propietarios, grandes empresarios.

Todos los de ese club luchan por conseguir más y más recursos, o sea dinero. Terminarán con las materias primas incluso con las gentes que habitan en esas zonas, empleando cualquier medio.

El hombre camina hacia un modelo de máxima acumulación sin adversario posible. Si tiene que terminar con la mayor parte de la población, lo acabará haciendo. Al fin y al cabo, estamos aquí, nadie sabe por qué y no nos pidieron la opinión. Y aunque el hombre desaparezca de la faz de la tierra, como se dice, el universo seguirá por millones de años, girando y girando.

Se oye una y otra vez lo del imperio de la ley, siempre el imperio de la ley. Recuerdo la escena de no se qué película, donde se mostraban largas filas de judíos entregando los aparatos de radio. Supongo que será ajustado a lo que pasó. Y era la ley. Cumplimiento de la ley. Pero es que, no lo olvidemos, es mucho más importante la persona, la gente, que cualquier ley. Estos voceros que nos machacan, parece que lo han olvidado.

Medios de comunicación. Sirven a los que sirven y de ellos se sirven. Menos mal que, entre la basura que pulula por las redes sociales, se pueden encontrar auténticas joyas de verdad. Es difícil encontrarlas, pero ahí están.





jueves, 2 de febrero de 2017

The Innocents

Hace muchos, muchos años, podría ser 1969, mi hermano y yo teníamos la costumbre de ir alguna vez al cine. Hay que tener en cuenta que en aquellos años vivíamos justo encima del cine. Así que después de cenar bajábamos y ya estábamos en la taquilla, sesión de las diez de la noche. Una de las veces, vimos una película que nos impactó: The Innocents del año 1961 y de la que con el paso del tiempo sólo recordábamos la escena donde un niño sacudía con la mano algo que parecía un hígado de vaca o gelatina, vaya usted a saber. 

Hace poco que he vuelto a ver la película, de pura chiripa, sin recordar que era la misma que tanto nos impactó hace más de cuarenta y siete años. Pero cuando ví la escena de marras, la alegría fue increíble. Ya tenía la película: ahora sólo faltaba bajarla al disco duro y extraer la escena. Para conseguir bajar la cinta, conté una vez más con los sabios consejos de Iker. El resto fue coser y cantar, esto es, una simple acción de corta y pega. Aquí podéis ver el resultado repetido unas cuantas veces.

Estoy convencido de que Alejandro Amenábar vio esta película antes de hacer "los otros".


martes, 31 de enero de 2017

Ratas

Confieso, aunque parezca mentira, que siempre me han fascinado las ratas. Considero a estos animales unos seres muy inteligentes y sigilosos. Además pienso que pueden ser educadas para lograr de ellos lo que queramos. Hay mucha literatura sobre las ratas. No se si será cierto todo lo que he leído sobre ellas, pero me ceñiré a lo que yo personalmente he vivido en relación a las ratas. Quiero decir con ésto que, lo que cuento aquí es ajustado a la realidad. 

En mi trabajo, en los últimos diez años antes de la jubilación, había un despacho no demasiado grande donde normalmente estábamos dos personas. Anexo, había un gran espacio que se utilizaba como almacén y donde se acumulaba un poco de todo: archivadores, libros contables, papeles, muebles y utensilios viejos, etc. etc. Para ir al servicio teníamos que pasar a la zona de almacén y jamás ví una rata, aunque estaba seguro que estaban allí y además en buen número.

Sobre el mes de octubre, a la vuelta de un período de vacaciones, nada más entrar en la oficina noté un olor muy especial: a tienda de bacalao. Sí, tal como lo digo, ese olor a tienda que vende bacalao, por supuesto salado, no fresco. 

Ese mismo día, casualmente, vino a verme un antiguo compañero de trabajo ya jubilado y nada más entrar me dijo: tienes una rata muerta. Este compañero debía saber de qué hablaba, ya que era cazador y los cazadores saben mucho de animales. Yo no me lo podía creer y tras acceder al almacén allí estaba el bicho, enorme y por supuesto en un estado deplorable. No sigo porque el asunto fue muy desagradable. Ahora, cada vez que paso por una tienda de bacalao, revivo la historia. Y aprendí que una rata muerta huele exactamente igual.

Años conviviendo con nosotros y solo se manifestó cuando probablemente por accidente, murió. Dicen, no se si será verdad, que si a las ratas les pones veneno o trampas, mandan de lanzadera a las más ancianas de la comunidad o las que están muy enfermas y así comprueban el resultado.

Deben de comer de todo y las que tenía por vecinas sólo comerían papel que era lo que había en abundancia.

Hace tres años, en Lisboa, tuve la suerte de poder filmar una rata. Se escapó enseguida y ya no volvió a aparecer. Pero me consideré afortunado. Aquí os presento el vídeo con una ligera labor de edición muy simple: copiar y pegar la escena un montón de veces. 

Para terminar, decir que, hoy he ido a comer con un amigo y he pedido ajoarriero con langostinos: estaba riquísimo. Esto es simplemente para deciros que, pese a la historia, el bacalao me encanta.

Ya se ha escapau...


viernes, 27 de enero de 2017

El tranvía (y 2)


Ya para terminar la serie de tranvías en Lisboa, aquí aparece una película rodada en exteriores donde se puede ver al final el famoso tranvía de la línea 28 que, según dicen, si vas a Lisboa debes montarte en él sin excusa.