Hace muchos, muchos años, podría ser 1969, mi hermano y yo teníamos la costumbre de ir alguna vez al cine. Hay que tener en cuenta que en aquellos años vivíamos justo encima del cine. Así que después de cenar bajábamos y ya estábamos en la taquilla, sesión de las diez de la noche. Una de las veces, vimos una película que nos impactó: The Innocents del año 1961 y de la que con el paso del tiempo sólo recordábamos la escena donde un niño sacudía con la mano algo que parecía un hígado de vaca o gelatina, vaya usted a saber.
Hace poco que he vuelto a ver la película, de pura chiripa, sin recordar que era la misma que tanto nos impactó hace más de cuarenta y siete años. Pero cuando ví la escena de marras, la alegría fue increíble. Ya tenía la película: ahora sólo faltaba bajarla al disco duro y extraer la escena. Para conseguir bajar la cinta, conté una vez más con los sabios consejos de Iker. El resto fue coser y cantar, esto es, una simple acción de corta y pega. Aquí podéis ver el resultado repetido unas cuantas veces.
Estoy convencido de que Alejandro Amenábar vio esta película antes de hacer "los otros".
Estoy convencido de que Alejandro Amenábar vio esta película antes de hacer "los otros".
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