Magnífica película de Alejandro Amenábar. Un retrato, para mi gusto, muy fiel de lo que ocurrió en Salamanca en los primeros momentos del golpe de estado de 1936, con la figura central de Miguel de Unamuno. Película impecable, como todas las de Amenábar.
Pero yo, que soy un adicto a las radios de época, descubro algo que para mí resulta muy extraño: en la casa de Unamuno, aparece una radio que no se corresponde en absoluto a las de 1936. Estamos hablando de un tipo de radio, con teclas de plástico, que comenzó a comercializarse a principios de los años 50.
Y me resulta increíble que un director que, supongo, manejará presupuestos muy altos, con equipos de atrezzo cualificados que miman el detalle, tenga ese descuido. Pese a todo, ésto no le quita valor a la película y dudo que haya mucha gente que se fije en el cambiazo.
No creo que esto que escribo llegue a saberlo Amenábar algún día. Mi página, según sé, la visitan muy pocas personas. Algún amigo, al que le comenté el asunto, me sugirió que me pusiese en contacto con el director, algo que evidentemente no puedo hacer: no sé su teléfono.
Por si alguien piensa que la foto no corresponde a la película, aquí coloco el trozo de cinta donde se ve la radio a la que aludo.
Termino colocando la radio que según creo, es la que aparece en la película. Se trata de una Philips Mod. BE-662-A, fabricada por Philips Ibérica (Copresa), en 1956. O sea, veinte años después de la escena.
La imagen la he sacado de la magnífica colección de radios de Fernando Maestre.