miércoles, 29 de abril de 2020

Confinado estoy (5)

A finales de agosto del pasado año, hicimos un viaje en la caravana de unos amigos. Me comprometí a hacer un dibujo diario, que reflejase alguna escena pintoresca, para lo cual, junto al equipaje llevé unas pinturas Alpino, las de toda la vida. Pese a mis buenas intenciones, en los seis días de recorrido, no hice ni siquiera un boceto, ante las risas e indirectas de mis colegas de aventura.

Pero mira tú por donde, que el confinamiento ha despertado mi inspiración y por supuesto tiempo tengo para ello. Así, sobre el papel, puedo decir que haré unos diez y seis cuadros de tamaño pequeño, tipo postal. Unos irán en acuarela y otros, cómo no, con los lápices de colores Alpino.

Confinamiento: según dicen, este sábado podremos salir a hacer deporte. En mi caso, el deporte será andar. No me gusta correr, ya que correr es cosa de cobardes. Y en relación con el dichoso virus, mi hermana, con la que hablaba el otro día por teléfono, me contó que había oído por la radio a un experto en virus, epidemias, bacterias y demás fauna. Y cuando le preguntaron sobre el tema, dijo algo maravilloso: ¿quieren que les diga la verdad? No se sabe nada. Genial.

Ahí os va el primer cuadro en construcción, que no es otro que la caravana con la que hicimos tan fantástico viaje.

lunes, 20 de abril de 2020

Confinado estoy (4)

La pereza había invadido mi ánimo, por lo que llevaba sin pintar desde el año pasado. El hecho de haberme quitado el castigo de no cenar en caso de no pintar, había logrado que no hubiese cogido la fina brocha de la acuarela. Pero va y resulta que el confinamiento ha resucitado la necesidad de volver a pintar. Eso sí, bajo la firme amenaza de no cenar en caso de fallar. Así que, tampoco penséis que reanudé la pintura tan pronto, no. Si el confinamiento comenzó un sábado 14 de marzo, mi primer día de pintura fue.... el 31 de marzo. Ahí es nada, como se dice. La obra, ya repetida, es muchacha con guantes, de Tamara de Lempicka. Ya repetida porque fue lo último que pinté en abril de 2019, un regalo para una amiga. Desde entonces, mil escusas me hicieron retrasar el volver a pintar. Fundamentalmente aspectos de índole tecnológico, unidos a otros de vagancia inmensa. El resultado de esta pandemia que nos asola, es el retomar de ahora a fín de año, una serie de proyectos aparcados, por lo que está claro que tengo trabajo para unos siete u ocho meses. 

En cuanto al cuadro, debo decir que hice un par de bocetos. El más pequeño es el que ahora presento y el de mayor tamaño es el que pinté el año pasado.

Mañana día 21 de abril, iniciaré la siguiente obra, que consta de varios apuntes y no tengo la más mínima idea de cómo va a resultar.







miércoles, 15 de abril de 2020

Economia

Llevo varios días pensando, tiempo tengo, en las consecuencias económicas que se van a derivar del largo confinamiento. De economía se habla muchísimo y en general de todo. Y pienso que, pese a la catástrofe que se avecina, no vamos a aprender nada, volviendo a la casilla de salida. Esta crisis nos está dando pistas acerca de la inutilidad del dinero en beneficio de lo que realmente importa, que no es otra cosa que la producción de bienes de consumo, la sanidad, la investigación y la educación. El resto sobra.

Pero la humanidad tiene espíritu y actuaciones más propias de un casino y por eso siempre cae en las mismas trampas del exceso de papel moneda y abrumadoras finanzas. Después de este rollo introductorio, veamos cómo se puede corregir alguno de los grandes errores en los que los humanos estamos enredados.

Bancos: no sirven para nada. El dinero en sí es un medio de intercambio y es la administración quien lo debe controlar. El dinero nunca puede producir dinero. Por lo tanto no existen intereses, ni deudores ni acreedores.

Impuestos: hay medios más que suficientes para que todo el mundo pague y no sólo una parte de la sociedad. Los instrumentos de evasión, sociedades, sicavs, paraísos fiscales, etc. deben desaparecer. Si hay voluntad real, todo puede reducirse a niveles insignificantes.

Renta garantizada. De eso nada de nada. Las limosnas no tienen cabida. Hay trabajo para todo el que no lo tenga y el empleador es la administración si la iniciativa privada no llega. Hay trabajo para todo el mundo. En tanto en cuanto la iniciativa privada cubre esos trabajos, automáticamente el estado deja de hacerlos. Pero siempre el nivel de empleo es del 100%. Pensad la cantidad de cosas que se pueden hacer por un sueldo adecuado.

Con los medios informáticos actuales, es fácil el control. Lo único que hace falta es voluntad. No deberíamos depender tanto de lo que producen otros países, cuando todo se puede producir a nivel local, por lo que hoy tendríamos mascarillas, guantes, respiradores, etc. Sanitarios suficientes, como médicos, enfermeras, celadores, auxiliares. Paralelamente, se debería ir cambiando los oficios improductivos que hoy cobran del estado y mucho, por otros donde su actividad se traduzca en un beneficio para el bien común. No cito los empleos inútiles porque ya lo sabéis.

Tengo un amigo que me dice que la única virtud que tiene el capitalismo es que ha logrado producir de todo, en grandes cantidades y de una forma relativamente fácil. El resto, la especulación, los intereses, la deuda, etc. no son más que entelequias de tahúres y timadores.


Termino con un ejemplo práctico. Ahí tenéis una reproducción de un cuadro de Tamara de Lempicka que he realizado. Alguien se interesa por el mismo y me pregunta por cuánto se lo vendo. Yo le digo que por 100 euros y él me los paga. De esos 100 euros, 20 van para la administración vía impuesto y los 80 restantes son mi compensación por mi trabajo, material y arte. Bueno, esto todo el mundo lo entiende y lo acepta y entra dentro de la lógica de la oferta y la demanda. Lo que ya no se entiende tanto es que si yo le doy un billete de 100 euros a un señor, al cabo de un año me tenga que devolver, pongamos por caso, 110 euros. Eso es totalmente absurdo y la base originaria de todo el desastre económico mundial llamado deuda. Si alguien necesita dinero adelantado, se le da y sólo debe devolver lo adelantado, bien de una vez, bien en plazos a descontar de su sueldo o incluso con bienes equiparables a la cantidad adeudada.


miércoles, 8 de abril de 2020

Confinado estoy (3)

Estos días de confinamiento, sirven entre otras cosas, para desempolvar viejas fotos y ordenar papeles antiguos. Un amigo, me envió por whasapp la foto que veis y de entrada ni siquiera me acordaba dónde estaba sacada. Se lo tuve que preguntar. Resultó ser el estudio donde acabé recibiendo clases de acuarela de mi profesor. Pero creo, que cuando se obtuvo la foto, yo era el experto en radios y televisiones, que de paso se las ajustaba y reparaba. Fue mucho más tarde cuando se enteró que yo hacía mis pinitos con el pincel y me llamó al trabajo, ofreciéndose a darme clases.

Comencé las clases en 1994 y la foto podría ser de unos cinco años antes. Jamás  le dije a José María que pintaba y la verdad es que mantuve el secreto por lo menos durante seis años. Los dos años largos de clases, fueron una auténtica gozada. En honor a la verdad no se si aprendí mucho o poco, pero por lo menos era divertido.

En cuanto a lo de sacar la caja de zapatos con las fotos antiguas, resulta que me estoy encontrando bastante gente que pone fotos de su infancia, unas veces en su perfil y otras en su estado. En estos días hay tiempo para todo, incluso para no hacer nada.

Días de confinamiento. Días que van a ser bastantes más de los que la mayoría piensa. Kokodrilo, cuando el 14 de marzo, sábado, escuchó a Pedro Sánchez, pensó para sus adentros: esto, por lo menos va a durar tres meses. Así que encerrados hasta mitad de junio por lo menos, e igual me quedo corto.


domingo, 5 de abril de 2020

Confinado estoy (2)

Bueno, pues eso. Que seguimos en casa y para tiempo tenemos. Hoy, después de pasar el aspirador y ducharme, me he pesado. Y cual ha sido mi sorpresa, cuando la báscula arrojaba la cifra de 69,9 kgs. Hay que tener en cuenta, que mi peso habitual ronda los 73/74 kgs. Y yo me pregunto: ¿Cómo es posible? Y gracias a mi mente científica, lo he descubierto. He perdido la friolera de unos 3 kgs. en aproximadamente un mes, debido fundamentalmente a que se han eliminado de raíz las visitas a bares, restaurantes y figones. Kokodrilo, como norma, iba un par de veces por semana a cenar o comer fuera. Además también se ha eliminado el amarretako mañanero, al que iba de vez en cuando con mi hermano. 

Por otra parte, descubro que desde el pasado día 19 de diciembre no había cogido los pinceles. La pereza para reiniciar era inconmensurable, por lo que no me ha quedado más remedio que obligarme a pintar, bajo la amenaza de no cenar. Así que he vuelto y hasta hoy día 5 de abril, he cumplido escrupulosamente. Tengo grandes proyectos e ideas para realizar y por supuesto, todo el tiempo del mundo. 

No tengo la bola de cristal ni soy profeta. Pero creo que esto va para largo. El cuadro que estoy haciendo está repetido, ya que fue el último que hice en abril del año pasado. Como podéis ver aún le falta un poco, pero no hay prisa.