Este es el título del libro de Beatriz Montañez, bien conocida por haber presentado hace años el programa El Intermedio junto al gran Wyoming. Reconozco que he devorado el libro, pues lo comencé el día 6 y para el 9 lo había terminado. Me ha encantado. Y las razones no son otras que lo que esta mujer plantea es la vida en una casa aislada en el campo, antiguo sueño mío que jamás puse ni pondré en práctica.
Y es que la idea de vivir aislado en el monte, despierta en mí un deseo profundo. Por supuesto que la casa de mis sueños, debería tener todas las comodidades a mi alcance: electricidad, calefacción, agua corriente, saneamiento, etc. etc. Todos mis artilugios técnicos, electrónicos y de telecomunicaciones, también. Un vehículo todo terreno y por supuesto medios económicos para subsistir.
En cuanto a los medios económicos, en mi caso sería la pensión de jubilación. Pero si fuera joven vendería mi tiempo y mis habilidades por los productos necesarios para mi subsistencia y disfrute. Seguro que el caserío de al lado me surtiría de leche, huevos, queso, a cambio de mis servicios como técnico para reparar la antena de la televisión, la reparación de cualquier aparato electrónico, llevar la contabilidad e incluso la venta de alguno de mis cuadros. También podría tener mis gallinas, una huerta y por supuesto, un perro.
La autora lleva cinco años viviendo en soledad y hace lo que sabe hacer: escribir y así saca para los gastos diarios. Aunque según parece de lo que se nutre es de los ahorros y de un control del gasto muy estricto. No olvidemos lo que decía aquel fulano: no consiste en ganar, sino en no gastar. Con esa costumbre, la de no gastar, he conocido gente inmensamente rica. Ahora, cuando digo no gastar es exactamente eso. Y esos ahorradores extremos, si pueden mangan algo.
Con los años que tengo, muchos, se que jamás cumpliré este sueño, que por cierto, hubiera sido bastante fácil de conseguir. El hecho de vivir con mi pareja, urbanita con diploma, me hace pensar que es en la ciudad donde mejor voy a vivir. Y eso es verdad. Pero como soñar es gratis total, nadie me impide vagar por esos derroteros tipo Robinson Crusoe, imaginando cómo sería mi vida aislado en un caserío. Y francamente es interesante.
Os recomendaría la lectura del libro, pero no lo voy a hacer. La chiquita esta, ha promocionado muy bien su libro, empleando los más potentes medios de comunicación. Ya va por la segunda edición y lo que te rondaré morena.
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