Desde este humilde blog, hago unas reflexiones sobre economía, algo que con la que está cayendo, se está convirtiendo en un tema recurrente. Las sucesivas crisis recientemente acaecidas, sin olvidarnos de la crisis del 2008 de la que aún no hemos salido, se han visto acrecentadas por la pandemia. Estamos en el momento de un cambio de etapa y sinceramente, no tengo ni idea hacia dónde nos conduce lo que está ocurriendo. No es normal que estemos volviendo a la edad media en cuanto al nivel de explotación humana, donde unos pocos nuevos señores feudales, amasan fortunas mientras que el resto, la mayoría, malvive con trabajos precarios. Vamos lo de siempre, pero aumentado.
Capitalismo. Como dice un amigo mío, el capitalismo se va a morir de éxito. Jamás se había producido tantas cosas y en tal abundancia como ahora. Pero me temo, que las grandes fortunas ya no quieren sólo producir cosas para ganar dinero: prefieren ganarlo con la especulación. El mundo es un auténtico casino, donde los grandes capitales, fondos de inversión y demás instrumentos financieros, se dedican a la compra de activos, muchos de ellos intangibles, con la esperanza de volverlos a vender por un precio más elevado.
Dinero: en realidad no sirve para nada. Y la humanidad desde tiempos lejanos, camina como posesa tras él. Lo que vale es el tiempo, el trabajo de la persona. Ese es el valor auténtico. Y los objetos también tienen valor siempre que alguien quiera dar algo, a cambio. Aunque he dicho que el dinero no sirve para nada, lo estableceremos como base, con el nombre que queramos, por ejemplo créditos. Cada persona tendrá como una tarjeta identificativa, donde se le acumulen los créditos, por su aportación en tiempo o trabajo.
Pleno empleo: cada persona, es un genio en su especialidad, esto quiere decir que uno puede ser muy malo para las matemáticas, pero un auténtico experto en el cuidado de animales. Es un ejemplo simple. Por lo tanto, la educación irá encaminada a desarrollar los gustos y aptitudes de cada persona. Luego, esa persona intercambiará sus habilidades por créditos que se abonarán en su cuenta. El empleador, puede ser él mismo, otra entidad o la propia administración.
Inflación: se llama así al progresivo aumento de los precios de las cosas, alimentos, bienes de consumo etc., y eso lleva aparejado una depreciación del dinero. No se logra la riqueza repartiendo dinero a todo el mundo. La riqueza está en la producción de bienes, de alimentos y demás mercancías o servicios. Eso es el producto interior bruto, bueno no exactamente, pero para entendernos.
Estados Unidos: en la fecha que escribo este blog, está imprimiendo billones de dólares, simplemente para entregarlos a las grandes corporaciones y empresas a fin de mantener la bolsa en pie. Y no olvidemos que la bolsa es pura especulación, puro casino a lo bestia. Hay unos pocos que no saben qué hacer con el dinero y lo demuestran a diario, comprando miles de bitcoins a sesenta mil dólares la unidad, obras de arte a precios astronómicos y más recientemente, por casi tres millones de dólares, el primer twitter de la historia. Se compra una cadena encriptada que sólo sirve para decirle al mundo: oye, mira lo rico que soy, que tiro a la basura tres millones de dólares.
Bitcoin: la nueva moda. Monedas descentralizadas basadas en una cadena de bloques encriptados. Comenzaron a céntimos de dólar y hoy pagan sesenta mil. Si me dices que pueden llegar al millón de dólares, pues me lo creo. Pero eso no tiene nada que ver con la vida diaria, las transacciones económicas, de momento se realizan por medio de la divisa local. El bitcoin y en general todas las cryptomonedas son la auténtica fiebre del oro.
Bancos: no tiene sentido que estén en manos privadas. Es el estado el que se hace con el control de los mismos. Ahí están depositados todos los créditos de los ciudadanos. De ahí se saca el dinero para los presupuestos. Todo está controlado.
Créditos: se establece el empleo pleno, que es pagado con créditos en la cuenta de cada persona. En principio, es la iniciativa privada quien emplea, pero en caso de no hacerlo y sólo en ese caso, entra la administración como empleador. Es el principio de subsidiaridad. Hay un control total por parte de las autoridades de toda actividad económica, haciéndose muy difícil el fraude fiscal. La fiscalidad progresiva es el pilar del funcionamiento social, a fin de recaudar fondos para educación, sanidad, infraestructuras, etc. etc.
Toda la gente se dedica a algo. Lo normal es que cada uno se dedique a lo que tenga afición. Es absurdo pretender desarrollar algo en una persona para lo que no tiene dotes. No tiene sentido ver la ciudad sucia, los bancos sin pintar, la sanidad en precario o la educación deficiente y cientos de personas que podrían dedicarse a esas labores. Hay trabajo para todos, unos por iniciativa privada y donde no llegue esta, iniciativa pública.
Desarrollo sostenible, reciclaje y economía circular: las necesidades humanas son muy simples y pasan por la alimentación, casa, educación y sanidad. Todas esas cosas son un derecho para todos, no gratis, por supuesto, sino a cambio del tiempo, trabajo o habilidades de cada uno. No tiene sentido el consumo desbocado. Las cosas que usamos, pueden durar mucho más y así debe ser si queremos que los recursos no se agoten. Por lo tanto se llevará un control de todos los artilugios que tan alegremente consumimos y cambiamos por otros, estando en perfectas condiciones el anterior. Se impone la reparación y reutilización de todo tipo de aparatos.
Propiedad de las cosas: no tiene sentido tener bienes en propiedad, por ejemplo inmuebles, coches, etc. Todo es alquilado, para uso y disfrute de cada cual, lo que nos llevará a revisar la propiedad de la tierra, que no debe ser tal sino para uso y explotación. Poco a poco se puede ir cambiando hacia la energía solar, eléctrica o eólica. Se debe volver a potenciar los ferrocarriles que recorran la mayor parte de la geografía de cada país, no con alta velocidad sino convencional. El viaje, aunque dure un poco más, siempre será objeto de disfrute. Por supuesto, esos ferrocarriles llevarán placas solares para su funcionamiento.
Conclusión: se dice que algunos ganan más dinero con la especulación, con las apuestas, que produciendo cosas. Eso puede ser verdad, algunos, por supuesto. Otros muchos palman todo su dinero en las apuestas. Y el que es multimillonario, tiene más posibilidades de ganar. Es difícil erradicar la afición al juego de la humanidad. Pero no olvidemos, que toda la economía mundial está basada en el juego. Así no vamos a ninguna parte, por lo que va siendo hora de empezar a espabilar. En caso contrario, más pronto que tarde, desapareceremos como especie lo que a la madre tierra, posiblemente no le preocupe nada en absoluto.
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