Con el asunto de Pegasus, han salido expertos como hongos. Son los mismos que igual saben de volcanes, guerras o lo que sea. Yo no voy a ser menos y pondré mi granito, como se dice, de arena.
Nada nuevo bajo el sol, pero ahora toca hablar de esto, quién sabe si para no hablar de otra cosa. Estamos dirigidos por los grandes medios de comunicación no me cabe duda alguna.
La humanidad, desde siempre ha sido cotilla y quiere husmear en la vida del vecino. No digamos los Estados. No quiero enredar demasiado, pero desde que se inventó el teléfono, hablar por medio de él es casi más público que hacerlo a grito pelado en medio de la plaza del pueblo.
Los primeros teléfonos móviles, transmitían en la banda de 400 Mhz. muy fácil de sintonizar con un scanner. Luego vino el sistema GSM, que es el que tenemos ahora, en bandas más altas de UHF y codificados. En teoría, sólo en teoría, eran comunicaciones indescifrables, con una protección que decían sólida. Como os podréis imaginar, eso duró un suspiro y al poco ya se vendían equipos con el nombre de GSM interceptor. Eso sí, bastante caros. Equipos pasivos indetectables, que cazaban al vuelo las llamadas telefónicas y los mensajes. Y ya se sabe que, ave que vuela, a la cazuela.
Y ahora este programa, Pegasus, que aunque parezca nuevo, hace muchos años que existe algo parecido: Carnivore desarrollado por el FBI y que permitía el acceso a los ordenadores. De controlar un PC a tener el acceso a un móvil no hay más que un paso. Y es lo que sucede con estos programas que aprovechan vulnerabilidades de los sistemas operativos y se cuelan dentro.
Yo tengo muy claro que todo, todo, lo que manejo tanto por el móvil como por el ordenador, puede ser espiado, controlado, etc. Así que si tienes algo importante de verdad, no es buena idea guardarlo en el móvil o en el ordenador. Como en general lo importante suelen ser cuatro fotos y cuatro escritos, es muy recomendable tenerlos en un disco duro externo que podamos desconectar a voluntad.
Otro capítulo importante son las cuentas de los bancos. Para eso no hay más que una solución: mirar el saldo todos los días y si hay un cargo irregular, denunciar en comisaría y con la denuncia ir al banco para su posterior reintegro. El fraude más habitual suele ser la clonación de la tarjeta de débito o crédito y su posterior uso. Conozco dos casos, muy próximos a mí, de pirateo de tarjeta. Conclusión: estamos expuestos. Si no quieres que te roben, ten la casa vacía, al menos la casa que está en la red.
¿Esto quiere decir que si no queremos que nos espíen, debemos prescindir del móvil? No, nada más lejos de la realidad. Si alguien decide meterse en tu vida, lo hará tengas o no teléfono o pc. Eso sí, le costará un poco más. Incluso "alguien" puede pensar que si en un momento determinado no haces uso del móvil, será porque quieres hacer alguna fechoría.
Hay una página web, www.cryptomuseum.com/index.htm, donde se exponen cientos de artilugios que existen para husmear en la vida ajena. Recordad el caso del famoso escudo de madera en la embajada de EEUU en Moscú, donde Leo Theremin, metió un transmisor de radio pasivo, original de verdad. Viene todo en Google si tenéis interés. Los americanos tardaron siete años en enterarse y por supuesto de auténtica casualidad. Desde 1945 a 1952, los rusos oían todo lo que hablaba el embajador de los EEUU desde su despacho. La genialidad estriba en que, "la cosa", que así se llamaba, no tenía ni baterías ni fuente de alimentación alguna y podría seguir funcionando incluso hoy.
Moraleja: si alguien pretende meterse en vuestras vidas, tarde o temprano lo logrará. Y el mejor espionaje es el que no existe: el capitalismo es feroz y a Pegasus, le ha salido una competencia brutal. Cosas de los depredadores.
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