Hace mucho que no escribo en el blog. Y la razón es que no tengo tiempo puesto que estoy jubilado. Además soy multitarea y multifunción. Me dedico a tantas cosas a la vez que, descuido un blog que no tiene seguidores. Cuando emitía en FM sabía que detrás del receptor de radio, había alguien escuchando, fuese la hora que fuese. Y eso, alimenta el ego e impulsa a hacer algo. Asunto importante para una persona perezosa.
Pero hoy quiero hablar y glosar algo de la imagen que aparece más abajo, que no es otra que la del demonio. Y sinceramente, de creer en algo, más vale creer en el demonio que en cualquier otro ser sobrenatural que podamos inventar. La explicación es muy simple. El hombre lleva dentro la maldad. No triunfa el bien casi nunca, lo que domina el mundo es la corrupción, el desastre y la aniquilación. ¿Alguien me puede explicar cómo países tan "creyentes" como los E.E.U.U. y todos los demás, incluso la católica España, se gastan fortunas en máquinas para exterminar al resto de la humanidad?
Si en vez del que aparece en la imagen anidase en nosotros, pongamos por caso, un ángel, el bien y todos los recursos se dedicarían a nivel mundial a ayudar a los demás. Habría tortas por repartir tecnología, ayuda y bienes de todo tipo con el fin de conseguir que todos los habitantes del planeta, al menos en los aspectos materiales, tuvieran de todo.
Esto que digo, ni ha sido así en el pasado, ni tiene pintas de mejorar en el futuro. Dominar y sojuzgar al resto de la población y acaparar todas las riquezas es la ambición humana, donde anida el demonio, en el que, por cierto, tampoco creo.
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