La tercera guerra mundial comenzó el 11 de septiembre de 2001, con el derribo del World Trade Center en New York. No estoy seguro de quién fue el responsable último del derribo de las torres gemelas, pero a partir de ese hecho se sucedieron unos acontecimientos que duran hasta el día de hoy. Todos recordamos lo que vino a continuación, invasión de Irak, Afganistán, guerras de Libia, Yemen, Siria y una serie de conflictos repartidos a lo largo y ancho del mundo.
Otra manifestación de la guerra fue la crisis económica de 2008, la pandemia iniciada en 2019 y que aún hoy colea y de momento, la guerra Ucrania Rusia, que en el fondo es una guerra de todos contra Rusia, encabezados por EEUU y la OTAN.
EEUU se resiste a dejar de ser el principal protagonista, tanto a nivel económico como militar, papel que viene desarrollando con éxito desde el final de la segunda guerra mundial. Ahora toca aniquilar a Rusia de forma definitiva, aunque para los EEUU el objetivo final es China. Y en esas estamos y no me atrevo a profetizar quien va a ser el vencedor de esta guerra.
Pero lo que sí creo, que un mundo unipolar dirigido en exclusiva por EEUU está llegando a su fin, en beneficio de un mundo multipolar. Otros actores potentes están entrando en escena. Y eso, EEUU no lo puede permitir. La guerra es la única solución que sabe emplear, tanto para dar salida a su arsenal, como para revitalizar las industrias del ramo. No olvidemos que la temida inflación, la tienen en su propia casa.
Dinero: cada vez vale menos por algo que se llama inflación. La energía se va a las nubes. La fabricación de microchips, se ralentiza. No olvidemos que casi todo funciona con ellos. Lo que realmente tiene valor son las materias primas y ellas motivan esta guerra. ¿Os imagináis que puede suponer un corte total de la energía eléctrica? Pues eso, que casi nada de lo que hacemos tendrá ya posibilidad alguna: internet, calefacción, teléfono, gasolineras que no funcionan y cajeros que no dan dinero. Incluso el dinero, igual no sirve para nada.
Cuando hablé hace meses del dinero, ya apunté que no era lo más importante. Posiblemente sea nuestro ingenio, nuestro tiempo, lo que puede tener un valor añadido. Al fin y al cabo las necesidades del hombre más básicas son la alimentación, el cobijo en una casa y poco más. Yo he conocido tiempos en los que además de pasar mucho frío, nos calentábamos con carbón y leña. Las bombas de gasolina eran manuales y si no había electricidad, teníamos velas.
Hace tiempo que el hombre camina hacia las oscuridades del medioevo, eso sí, con últimas tecnologías. Crucemos los dedos para que algún iluminado no apriete el famoso botón nuclear y nos vayamos todos al otro barrio.
Vivimos sumergidos en un mundo donde la propaganda es fundamental como se refleja en la novela "1984" de George Orwell. El maniqueísmo de una sociedad dividida en buenos y malos sigue en perfecta vigencia. El enemigo está ahí, siempre es el otro y la guerra es perpetua. Hoy el exceso de medios de comunicación, la saturación de noticias, hace que cada vez sea más complicado encontrar un resquicio de verdad. El ejemplo más claro es la guerra de Ucrania, donde nos dan todo lujo de detalles de unos hechos que son interesantes sólo para una parte de los contendientes, cuando es notorio que, en otras guerras recientes, como la de Irak o Siria se pasa de puntillas. Sin embargo, hoy existen medios al alcance de cualquiera para tener otra visión diferente de la oficial.
En otro orden de cosas, ¿ quién se acuerda del terrorismo islámico? Si hacéis un poco de memoria, el ISIS o el DAESH estaba en todas partes y de forma muy variada: coches bomba, atentados con arma blanca, atropellos, etc. etc. Hubo un punto de inflexión en el verano del 2017 con el atentado de las Ramblas de Barcelona. Hoy, es como si nunca hubiese existido. De verdad, ¿alguien se cree que el terrorismo islámico ha desaparecido gracias a la labor de los diferentes servicios de inteligencia? No lo creo. Más bien, todo está bajo un espeso manto de sospecha. Un elemento más dentro esta guerra, que alguien está muy interesado en que sea mundial.
Las consecuencias negativas de esta guerra, de momento tiene una víctima clara, sin contar las víctimas directas del conflicto y no es otra que Europa. Europa está metida en todo el ojo del huracán y las consecuencias presentes y sobre todo futuras, son incalculables.
Muy acertado kokodrilo. Por añadir algo tampoco se habla nada de las mujeres afganas y el burka que fue uno de los motivos que se dieron para invadir el país. Somos peones de un juego de poder que nos llevará a la mierda aunque nosotros igual no lo vemos...
ResponderEliminarQué acertado tu comentario, que sirve como complemento a mi post. No hay más que leer el libro "la retirada", del americano Noam Chomsky, para entender las barbaridades del patriarcado capitalista.
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