sábado, 20 de enero de 2018

Room in New York

"Habitación en Nueva York. Pintado en el estudio de Nueva York. Exterior nocturno. En el interior, paredes verde intenso, puerta y mesa de madera de roble. Mujer de rojo vivo sentada de frente, cabeza y hombros girados hacia el piano, tocando las teclas con un solo dedo. Brazos y cuello desnudos, piel muy blanca, pelo oscuro, perfil en sombra salvo la mejilla y el cuello. Hombre rubio en mangas de camisa leyendo el periódico. Sillón tapizado en rosa. Pantalla de lámpara roja oscura que sobresale del piano a la altura de la cabeza de la mujer. Cuatro bloques de mampostería y columna en el exterior (izquierda) bajo el reflejo de la luz. Parte inferior de la ventana en negro".


Hasta aquí las anotaciones de Hopper para la confección del cuadro. La incomunicación entre la pareja es más que evidente y nos recuerda que lo que pasaba en 1932, sigue hoy igual cambiando los medios: ahora, el vivir en una permanente burbuja, viene de la mano de los teléfonos móviles y sus múltiples aplicaciones. 




viernes, 19 de enero de 2018

Las promesas son para incumplirlas

No hace mucho prometí que, jamás volvería a copiar a otro pintor. Y lo que a continuación va, no es otra cosa que otra copia de mi admirado Hopper. También prometí que si un día no pintaba no cenaría. Bueno, pues como soy yo quien pongo las normas, ahora he retirado ese requisito, por lo que si un día no pinto, ceno igual. Y no pasa nada.

Tuvimos un director general del banco, hace muchos años, que dijo una gran frase: los presupuestos son para saltárselos. Este señor, además de ser licenciado en ciencias físicas, fue uno de los que participó en la informatización del banco allá por los lejanos años setenta. Al final le hicieron la faena haciéndole director general, cosa que seguro no le agradaba.

Como disculpa para hacer otra copia de Hopper debo decir que, este cuadro me lo han encargado. Por lo tanto no me puedo negar. Pero los siguientes serán originales, eso seguro. Sigo pintando todos los días desde el pasado día 11 de septiembre, incluso domingos y festivos. No sirve para nada, pero me divierte, lo cual a estas alturas, no es poco. 



jueves, 28 de diciembre de 2017

Casa de Antonio López Torres


Su sobrino, realizó este dibujo a lápiz entre mil novecientos setenta y dos y mil novecientos ochenta y se lo tomó con calma, ya que, según parece lo iba haciendo cuando iba a Tomelloso desde Madrid, donde residía.  En septiembre de 2011 tuve la ocasión de ver el cuadro en la exposición que le organizó el Museo Thyssen  Bornemisza. Y ahí nació el deseo de hacer la acuarela a partir del dibujo y sólo he tardado seis años en cumplir mi deseo. Los hay más lentos. 

miércoles, 27 de diciembre de 2017

Cuento de Navidad

Esto que os cuento, sucedió en la semana santa de 1987. Estábamos en Tomelloso y entonces, los niños, tenían diez y once años respectivamente. Hoy, aún les llamamos los niños y pasan de los cuarenta. Era de noche en un bar de Tomelloso y en TV estaban echando Tiburón 3. Y ahí fue cuando topamos con un pintor, con barba blanca y muy mayor. Enseguida entablamos conversación francamente amena, hasta el punto que el señor se empeñó en que cancelásemos las habitaciones del hotel que teníamos y que fuéramos a su casa. Entonces, 1987, no tenía ni idea que fuera el conocido pintor local Antonio López Torres y tampoco conocía a su sobrino, el famoso Antonio López.

La verdad es que todo quedó en eso, en la conversación. Con el paso de los años, descubres quién era en realidad el señor tan amable con el que mantuvimos animada charla. Por esa razón, cuando vi que su sobrino había hecho un dibujo a lápiz, entre 1972 y 1980, quise reproducir ese cuadro en acuarela, que es el que os presento. No tengo seguridad absoluta de que fuera él, aunque la probabilidad es muy alta. Es difícil que en 1987, en Tomelloso, hubiera dos pintores mayores, muy conocidos por la gente. Ese mismo año, en noviembre, falleció a la edad de ochenta y cinco años. 


P.D.: tenemos el segundo apellido igual. A lo mejor somos parientes, no sé...

lunes, 25 de diciembre de 2017

Otra Navidad

Como todo el mundo sabe, esto sucede cada año y es inevitable. De críos, nos encantaba, sobre todo porque no había que ir al cole. De mayores, ya es otra cosa y la mayor parte de gente con la que me relaciono, afirma que las navidades no les gustan. A kokodrilo le toca un par de celebraciones, la noche del 24 de diciembre y la del 5 de enero. La celebración del 5 de enero se pierde en la noche de los tiempos, mientras que la del 24, parece que fue ayer y han pasado siete años. 


Zorionak!

sábado, 25 de noviembre de 2017

Ford Fairlane

Fiel a lo prometido, ahí tenéis el video de la realización de la acuarela. El Ford, es un Fairlane Crown Victoria de 1955. Según parece, está en la mítica ruta 66 de los Estados Unidos. El motivo, es inquietante. La soledad forma parte del paisaje y nos atrapa. 




viernes, 17 de noviembre de 2017

A vueltas con el dibujo y la pintura

Desde que el pasado día 11 de septiembre comencé a pintar de una forma continua, he descubierto algo que para mí es de suma importancia. Probablemente lo que voy a explicar será cosa sabida por mucha gente, pero insisto que para mí ha sido todo un descubrimiento. Se basa en la forma diferente de acometer la pintura en el pasado, con respecto a la forma en la que lo hago en la actualidad. De alguna manera, cuando me enfrentaba a un nuevo cuadro, en mi mente estaba el terminarlo y empleaba más o menos tiempo en su confección. Si era un encargo, el cliente normalmente apremiaba, lo cual me hacía ir más rápido o le dedicaba más tiempo. Pero si el cuadro en cuestión presentaba algún problema, lo normal es que lo dejase para pintar otro. Así, si un cuadro se resiste, puede pasarse en el estudio meses, incluso años. 

Al inicio de un cuadro, anidaba en mi cabeza la idea de terminarlo. El objetivo era ver el cuadro acabado y para ello empleaba más o menos tiempo. Pero en la nueva etapa, en la que pinto todos los días, descubro que ya no me importa terminar la obra, sino pintar todos los días, sin preocuparme  del tiempo que me pueda costar. Que el cuadro se acabe, ya no tiene importancia por tres razones: no pinto por encargo, nadie espera mis obras y por último apenas tienen relevancia. Pero al pintar todos los días sin dejar ni uno, resulta que llega un momento que el cuadro se acaba sólo. Sí, aunque parezca increíble, el cuadro se termina. Eso conlleva que al no tener una meta, una fecha para su acabado, el resultado es increíble. 

Lejos, muy lejos están los tiempos en los que hacía una acuarela en dos horas e incluso en menos tiempo. Etapas en los que la pintura era como una obligación a plazo fijo, con la esperanza y prisa por terminarla a fin de dedicarme a otros menesteres. Pintaba con la prisa de ver la obra acabada, porque en el fondo odiaba hacerlo. Ahora el pintar es parte de las obligaciones diarias de la vida, da igual que le dedique un cuarto, media o una hora. No importa. El caso es no parar. El caso es tener en la recámara temas para hacer. Afortunadamente tengo nueve en espera, lo que me ocupará hasta la mitad del año próximo. Conforme se vayan terminando surgirán otras y otras....

Ahora entiendo las razones por las que Antonio López, tardó más de diez años en hacer el cuadro de la familia real: simplemente no trabajaba todos los días en ese cuadro. Si lo hubiera hecho, el cuadro se habría hecho a sí mismo en menos de un año o como mucho dos. 


Para terminar debo decir que el boceto que veis, lo inicié hace aproximadamente unos quince años y jamás acabaré el cuadro (era un encargo).