A vueltas con mi profesor, al leer su extenso curriculum, descubro que fue alumno de Paul Cooremans. Y, ¿quién es Paul Cooremans? Bueno pues resulta que este señor es ni más ni menos el perito nombrado en el juicio del falsificador Han van Meegeren, personaje curioso donde los haya, que logró engañar al mismísimo Hermann Göring.
En el juicio de Nüremberg, Hermann Göring fue condenado a muerte y al descubrir el Veermer que obraba en su poder, tirando del hilo llegaron hasta la persona que se lo vendió. Entonces detuvieron a Meegeren y cuando la sentencia iba a ser de muerte, por vender patrimonio Holandés, confesó que lo había hecho él. Y eso le salvó de la muerte, aunque por otras causas falleció enseguida, en 1947. Bueno pues Paul Cooremans, fue efectivamente el que certificó que el Veermer había sido pintado por Meegeren, lo cual le valió numerosos ataques de coleccionistas que había sido engañados.
La historia de las falsificaciones tuvo su apogeo a principios del pasado siglo XX, fundamentalmente entre millonarios norteamericanos, que habían sido estafados. Todo este rollo, para decir que mi profesor tuvo de maestro a alguien verdaderamente importante en el mundo del arte. Ahí os va otra magnífica miniatura suya.
Bosque