Escucha "Glenn Miller" en Spreaker.
domingo, 25 de agosto de 2024
sábado, 24 de agosto de 2024
LOS SOPRANO
No hace falta que os hable sobre la serie ya que en internet podéis encontrar toda la información sobre la misma. Pero sí quiero exponer los pensamientos que han surgido en mi mente a lo largo de sus numerosos capítulos.
Películas y series sobre gánsteres hay muchas, algunas muy buenas. Pero de los Soprano quiero señalar el profundo mensaje que se esconde entre la farfolla de asesinatos, violencia, y extorsiones. Y no es otro que las relaciones entre el capo de la banda y su psiquiatra. A lo largo de los capítulos, se profundiza en algo que nos atañe a todos. Y aunque está muy trillado, volvemos a repetir que los primeros años de la infancia de una persona, determinarán su comportamiento futuro. Y Toni Soprano sufrió lo indecible con su agresivo padre y su extravagante madre.
Si a todo lo dicho, añadimos alcohol, drogas, sustancias psicoactivas y sexo comprado, tendremos un panorama donde la violencia extrema, es lo habitual.
Por otra parte, las familias mafiosas están organizadas como un ejército, con sus soldados, capitanes, etc. A nadie se le ocurre cuestionar la violencia ejercida por un ejército en el transcurso de una guerra, bueno a casi nadie. Los gánsteres se consideran soldados y el matar es parte de su trabajo, por el que se sienten orgullosos.
Bajo ese punto de vista, no sufren trauma alguno por el hecho de cargarse a la gente a diestro y siniestro. Además una de sus principales actividades es el sobornar a todo aquel que precisen para sus turbios negocios. Su compra de voluntades, no tiene límite alguno, sean políticos, jueces, policías, etc., con el único fin de hacer crecer sus negocios.
Sí, negocios, ellos se consideran hombres de negocios. Todos los chanchullos que vemos en los Soprano, como el robo, la extorsión, los apaños en las empresas, están fielmente reflejados en la vida de los negocios legales, éstos amparados por la ley y protegidos por las diferentes policías. Así que la frontera entre las mafias y el considerado mundo legal, es muy difusa llegando a confundirse.
El ciudadano medio, el que paga los impuestos y lleva una vida normal, es el que mantiene todo ese entramado de mafias legales e ilegales, que son las que dirigen el mundo. Porque la lección que aprendemos es que, hay un tipo de personas, cuya única y exclusiva finalidad es hacer dinero sin reparar en medios. No me canso de decirlo: fue así en el pasado, está ocurriendo ahora y dudo mucho que en el futuro llegue a cambiar. Acumulación de capital sin medida con el poder que conlleva, es la obsesión enfermiza de una parte de la humanidad.
Al final de la serie, el espectador desarrolla cierta empatía con Toni Soprano, de forma que aunque es un machista, asesino, putero y violento, no cae del todo mal. Por eso en el último capítulo, por excepción, no se ve muerte alguna, ya que el que muere es el propio espectador, por empatizar demasiado con el protagonista. Un desenlace genial de David Chase, según mi opinión.
domingo, 11 de agosto de 2024
domingo, 4 de agosto de 2024
EL QUE ASABA LA MANTECA
Esta frase la hemos oído mil veces: "eso no se le ocurre ni al que asaba la manteca". Hasta aquí todo muy bien y enseguida entendemos que cuando nos lo sueltan, algo habremos hecho mal, peor que lo que hizo el gachó ese al que le dio por asar la manteca.
Pero.... aquí tengo alguna puntualización que hacer, cómo no. ¿Alguien sabe quién era ese señor que se dedicaba a asar la manteca? Me gustaría saberlo dado que probablemente habrá sido un pionero en la cocina creativa. Y esto que os cuento no es una imaginación mía. Hace años, en una heladería de fama mundial, donde se formaban larguísimas colas para comprar un helado, entre la variedad de los mismos había uno que era helado al horno y con alguna pijotada más.
Así que más respeto por el señor ese anónimo, de momento, que le dio por asar la manteca.
lunes, 29 de julio de 2024
PRISA
No, no me estoy refiriendo al grupo de comunicaciones. Aunque también podría ser, pero no. El asunto va de otra cosa. Hubo un tiempo en que las únicas bebidas conocidas, sin contar el agua, eran las derivadas de la fermentación de diversos frutos que daban origen al alcohol. El alcohol producía un cierto relax. Pero apareció el café y eso transformó a mucha gente en hiperactiva. Se había conseguido evitar la somnolencia que producían las bebidas espiritosas.
Estábamos sentando las bases para la construcción del mundo con prisas en el que hoy vivimos, probablemente por el consumo de estimulantes. El mundo occidental se había vuelto más productivo, más creativo, pero mucho menos relajado.
Una de las pruebas de la vorágine a la que estamos sometidos es la reproducción a doble velocidad de los mensajes de voz de whatsapp, práctica para mi gusto nefasta que hace muy difícil entender lo que nos dicen.
Vivir de forma lenta y pausada es vivir dos veces. El estrés es contagioso, qué duda cabe. Todo el mundo da por supuesto que tenemos prisa: en un bar, en un comercio, en la cola del súper, en cualquier circunstancia en la que haya que esperar.
Recientemente he acuñado una frase, que como es mía me parece genial: "no tengo prisa, hoy tengo todo el día libre". Y esto es justo lo que me pasó una tarde cualquiera en la cola del súper. En la caja, sólo tenía una señora delante, con poca compra, pero una serie de sucesos encadenaron unos errores fatales en el sistema informático por lo que la fila de dos personas fue aumentando a tres, cuatro, cinco..... La señora visiblemente nerviosa empezó a disculparse. Yo muy serio le dije: "tranquila señora; hoy tengo todo el día libre". Un jubilado que tenía detrás, se tronchaba de risa.
Yo pienso que la civilización occidental es la de la prisa. La oriental tiene otro sentido del tiempo. Lo comprobé en Túnez en 1983, en una estación de tren perdida en un pueblo llamado Sousse. Estaba en la taquilla para coger los billetes y el tren se acercaba. Yo muy nervioso, en mi mal francés, le apremié al funcionario para que se diera prisa. Bien y tú. De eso nada. Cogimos el tren por los pelos. Él con toda su tranquilidad y parsimonia despachó los billetes a la velocidad de caracol, sin olvidarse de los oportunos sellos, sí señor.
martes, 23 de julio de 2024
lunes, 1 de julio de 2024
LA MENTIRA, EL SECRETO Y OTRAS BAGATELAS
No suelo ver televisión, pero la pantalla está presente en el salón como Gran Hermano. Un día, oí a una colaboradora, presentadora, tertuliana o lo que sea, diciendo: "antes se coge al mentiroso que al cojo". En primer lugar y gracias a que tengo estudios superiores en la sección de letras, entendí que no se trataba de coger al mentiroso físicamente y mucho menos en la acepción argentina, sino que se refería a pillar a alguien en una mentira flagrante. La tesis que venía a decir esta speaker de TV con su frase es que, si alguien miente, tarde o temprano es pillado. Veremos. Porque yo no lo tengo tan claro que a un mentiroso se le pille. Lo normal es que no.
Vayamos por partes: hasta Santo Tomás de Aquino, decía que la mentira no era pecado, si la pregunta era indiscreta. Podemos mentir ante preguntas que profanen nuestra intimidad.
Los secretos si los cuentas a alguien dejan de serlo. Cuando tú le dices a alguien de mucha confianza que no cuente algo concreto, en ese momento ese secreto ya forma parte de lo público. Por lo tanto, la única manera de mantener un secreto o una mentira, es no contarlo nunca a nadie.
Por eso es muy difícil saber si algo es verdad o mentira. Al mentiroso no se le puede coger así como así. Pero ahora nos vamos a fijar en la segunda parte del dicho, "antes se coge al mentiroso que al cojo". Y yo me pregunto: ¿hay necesidad de coger a un cojo? ¿No tiene bastante desgracia con su defecto físico para que encima le persigamos?
No he conocido nunca ni en la realidad ni en la ficción, que un cojo huya perseguido y que al final resulte alcanzado. Eso no puede ocurrir por una razón muy sencilla: los cojos no tienen trabajos que les hagan correr después de su acción, como por ejemplo los ladrones. ¿Alguien se imagina una banda de atracadores que entre sus filas tengan en nómina a un cojo? Es absolutamente impensable.
Carteristas, gente que se dedica a robar bolsos, etc. no son nunca cojos, por lo tanto no son perseguibles. El dicho, valga la redundancia, cojea por aquí, porque nunca, nunca, hay cojos que huyan corriendo para que alguien los atrape.
Deberían tener, sobre todo en TV, mucho cuidado en soltar esas frases hechas, que por lo menos me han servido para desarrollar esta entrada, dado que andaba un poco seco de ideas.
Termino con unas bagatelas. En TV, también oí un par de frases, que son absolutas tonterías. Una de ellas, que últimamente escucho de forma recurrente: "es lo que hay". Y la otra: "no estaba sólo bueno, lo siguiente".
La frase de "es lo que hay", se la oí decir por primera vez a mi jefe de personal, sobre los años 2005 o 2006. La soltó y se quedó tan feliz. Me pareció ingeniosa, porque no la había oído nunca. Probablemente la habría escuchado en alguna de las reuniones que hacían en Madrid los jefes de personal del grupo. Pero hoy, cuando la suelta todo dios, llego a pensar que cualquier tontería, al cabo de los años se propaga como una epidemia. Por cierto, al jefe de personal le llamaban director de recursos humanos. Para mí era mucho mejor la anterior denominación, ya que recursos humanos es rebajar a la persona al nivel de cualquier otro recurso, como por ejemplo un ordenador, una lámpara, la fotocopiadora, etc.
En cuanto a lo de "bueno no, lo siguiente", te hace gracia cuando lo escuchas una primera vez. E incluso te parece frase dotada de cierta chispa. Pero cuando ya se repite de forma cansina en cualquier conversación, es como para escaparse.